Las manos expertas de Pául Ayala confecciona los caballitos para las danzas de Apóstol Santiago.
Las manos expertas de Pául Ayala confecciona los caballitos para las danzas de Apóstol Santiago.

Un artesano del de Colán cuya misión es retratar la historia milenaria y la cultura de su pueblo a través del arte es Paúl Ayala Coveñas, un escultor, quien lleva años confeccionando los caballos, sables y máscaras para las danzas en honor al Apóstol Santiago.

“En Colán vivimos el arte desde niños en las diferentes danzas y costumbres de mi pueblo, es allí donde aprendo a confeccionar el caballito, las máscaras y también a tallar la madera para representar nuestras costumbres y elaborar artesanías qué representan nuestra riqueza marina ya que también somos un pueblo de pescadores”, señala el artista.

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ARTE MANUAL

Paúl en su humilde taller trabaja las técnicas como pintura, escultura, arcilla, entre otras. “Lo que más realizo es el tallado en madera, he representado y mejorado la artesanía de las diferentes festividades. Por primera vez hago pequeñas esculturas del Apóstol Santiago, para que los devotos puedan tener la imagen en su hogar”.

Muchos conocen de su arte, no sólo por lo que llegan a su taller, sino por la múltiples exposiciones en ferias artesanales de la región, habiendo recibido reconocimientos de las autoridades de la región.

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AL RESCATE

Aparte de ser su cuna natal, Colán representa para Paúl el motivo y motor para desarrollar su arte, trata de fomentar, recuperar y dar a conocer su cultura y su aporte como potencia turística de nuestra región, “todo colaneño desde su nacimiento, crece con la fe hacia el Apóstol Santiago. La danza es una tradición con historia traída por los españoles y celebrada en Colán por casi 500 años”.

“Como proyecto tengo en mente rescatar nuestra cultura prehispánica, tenemos que volver a recuperar esa cultura, hacer de Colán una potencia artesanal de la región yo creo que tenemos el material humano para lograrlo. Colán ha sido grande, autónomo, una cultura qué incluso tenía su propio dialecto, hoy hemos quedado reducido a un pequeño centro poblado y es deber de cada uno de nosotros recuperar su grandeza”, finaliza.