Con varios proyectos en mente y en acción, el cineasta cuzqueño nos relata sus intereses y formación.
¿Cómo fue que el cine te conquistó?
De niño, estando de paso por la ciudad de Abancay, mi padre me llevó al Cine Nilo donde vimos una película de piratas; para un niño tan pequeño que vivía sobre todo en el campo, fue una experiencia sorprendente, tanto por las gigantescas imágenes en movimiento, el sonido envolvente, los personajes tan extraños, como el mar que aún no conocía; más adelante, ya asentados en el Cusco, ciudad donde nacimos tres de cuatro hermanos, mi madre nos llevó al Cine Colón a ver “Marcelino Pan y Vino”. Creo que esas experiencias marcaron nuestras vidas, pues todos somos comunicadores, principalmente audiovisuales.
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¿Sientes que hay una revalorización del cine de autor en el Perú?
Es un sentimiento fluctuante que se exterioriza cuando nos acordamos que somos peruanos o habitantes de una cultura o de una circunscripción que es disímil a las grandes ciudades con estilos de vida que estamos acostumbrados a ver en las súper producciones; sin embargo, tenemos que ser honestos y aceptar que el Perú no es una nación, es una suma de naciones mal amalgamadas de dos siglos de antigüedad.
¿Por qué son importantes los documentales en lengua originaria?
Porque es un derecho humano de quienes hablamos un idioma originario; y no sólo debemos visionar o crear documentales, también ficciones y todo tipo de contenido en lenguas que son la esencia de culturas que superlativamente tienen más años que esos doscientos de “independencia” o la vida del propio “Casteñol”. El Quechua también está enfrentando su extinción, pues está dejando de trasmitirse generacionalmente por culpa de los propios hablantes y del Estado que hace muy poco, no obstante ser una lengua oficial; por el contrario quiere uniformizarla, irrespetando la diversidad. Las obras audiovisuales en quechua mantienen vigente ese idioma y forma de ver el mundo.
La fotografía también es parte de tu quehacer, formando colectivos incluso… ¿Cómo surge el Qheswa Raymi y qué otros proyectos se vienen?
Por mi principal actividad, la cual siempre está vinculada a mi identidad, me considero cineasta andino, quechua y cusqueño; sin embargo, soy también artista multidisciplinar porque me gusta toda forma de expresión, como teatro, literatura o escultura en metal, línea esta que he practicado desde adolescente, pero recién este año exhibí obras mías en muestras colectivas del Cusco y Arequipa.
Fotografío desde joven también, realizando exposiciones individuales y colectivas en mi tierra y otras ciudades; empecé en mi propia Facultad de Comunicación. por cierto, fue en esa ocasión que para aprender más busqué al maestro Eulogio Nishiyama.
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Años después de haber sido el primero en graduarme con una obra audiovisual, volví a mi facultad como profesor y fundé UNSAAC TV; así emitimos los primeros programas educativos y culturales e hicimos las primeras transmisiones en vivo; por otro lado, con los alumnos de la materia respectiva realizamos las primeras caminatas fotográficas; de esa manera surgieron las expediciones FotoTinkuy y las muestras abiertas Expo FotoTinkuy, labor que se coronó con el libro fotográfico “Cusco Monumental”.
El año pasado se realizó el festival de cine en lengua Quechua, Qheswa Raymi o Quechua Fest, que principalmente reunió obras de nuestra región; la versión del presente año extenderá su ámbito y será competitiva. Conjuntamente que el ¡AtakaohFest, Festival de Cine Fantástico y de Terror y las proyecciones regulares y descentralizadas del cine Club Cusco, pretendemos consolidar la continuidad del Cine Andino.