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 nació en Huancayo, pero vive desde niño en Lima. De complexión menuda y apariencia frágil, tiene, por el contrario, una determinación de hierro cuando habla de su literatura. El 5 de diciembre recibió el  de Oro por su cuento “La piel fría”, además de S/35 mil que, parece, lo tienen sin cuidado. Correo conversó con el flamante ganador de 32 años, quien en el 2018 también publicó su primera novela, La velocidad del pánico, publicada por la editorial Narrar.

Stuart Flores es periodista, pero ¿vive de eso? 

Mi principal fuente de ingresos viene de la docencia. Soy profesor de francés en la Alianza Francesa. Pero digamos que le dedico más horas a leer y a escribir que a dictar. Dicto de noche, como de 4 a 9 más o menos.

¿Cuánto tiempo le dedicas a la escritura en un día normal? 

Hago tipo oficina. Digamos que tres horas leo, cinco horas escribo. En lecturas, uno sí puede pasar tres horas. En escritura, no. Escribes una línea o una página. En un buen día serán diez. A veces nada. Pero igual estoy ahí cinco horas intentando.

¿Es rentable una vida así?

Sí… O sea, no vivo con ningún tipo de lujo, pero vivo contento, feliz.

Hablemos sobre el Copé. ¿Participaste con otro cuento además de “La piel fría”?

No. Con uno solo.

¿Lo escribiste para participar? 

Es un cuento de un libro que tengo inédito. Este libro tiene algo de 8 o 9 cuentos, pero ese me gustaba bastante. Y yo, como no soy confiado, o mejor dicho, confío más en el gusto de mi novia, quien de hecho sí tiene buen gusto para tacharme los cuentos...

¿Ella te dijo que enviaras ese?

Sí. De hecho surgió el debate de si mando todos para que todos vayan a la guerra. Pero no sé, yo soy supersticioso y dije: solo hay que mandar uno. Y bueno, ella lo escogió. Yo estuve de acuerdo porque también era un cuento que me gustaba.

¿Es la primera vez que participas? 

Sí, la primera vez.

Participas por primera vez, mandas un solo cuento y te llevas el oro.

Me lo han dicho antes, pero no entiendo el sentido de que lo digan. Pareciera que el Copé fuera una especie de raspa y gana, ¿no? O sea, veo gente que siempre está de finalista, intentándolo, pero van casi diez años así. Si yo me meto a un concurso, es porque sé que lo voy a ganar. Yo tuve un fracaso con el Caretas, porque sabía que lo iba a ganar. Pero me dijeron que a Oswaldo Reynoso no le gustó mi cuento y me dio el segundo lugar.

¿Y él qué te parece?

Me gusta. Me parece de los pocos escritores que se preocupó por la estética del lenguaje. Fue uno de los más plausibles. Otra cosa es su visión de la literatura, que es muy regional. Eso sí nunca lo he compartido. De hecho, él premió un cuento bastante regionalista.

¿Tan seguro eres en los concursos? 

Me parecería un poco tonto participar solamente por probar suerte.

¿Siempre has sido así?

Me acuerdo que al primer concurso que me presenté, en el 2009, quedé con mención honrosa. Fui muy inocente porque mandé un cuentito a la suerte. De ahí entendí que esto era más que todo prepararse, preparar el cuento. Me di cuenta de que no hay suerte en literatura, sino que hay un trabajo detrás. Hasta que no me di cuenta de eso, no empecé a mandar a concursos ya sean novelas o relatos muy bien trabajados. O mejor dicho, más que trabajados, que me gusten a mí, que ya hayan pasado por un proceso personal de edición.

¿Piensas en el dinero del premio? 

No. Mucha gente me lo ha dicho. “Oye, has ganado el premio más importante, el mejor pagado”. Pero creo que los asombra más la cantidad que el valor simbólico del premio. El Copé es un premio muy importante.

Quizá el más importante del Perú en este momento. 

Creo que mucha gente estaría de acuerdo en tener el Copé de Oro y no recibir el dinero, porque el valor simbólico es muy fuerte.

¿Qué impresión te deja haber ganado?

Es un poco lamentable que uno tenga que ganar un premio para lograr reconocimiento. De hecho, yo he publicado dos libros este año y he peleado por algunas entrevistas, que es algo un poco vergonzoso. Y creo que recién se acuerdan de que existo gracias al premio. 

Perfil

Stuart Flores. Periodista y profesor de francés. Estudió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En el 2016 fue finalista del Premio de Novela Breve de la Cámara Peruana del Libro.

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