César Vallejo zarpó a Europa en el vapor “Oroya” el 17 de junio de 1923 y arribó a París el 13 de julio del mismo año. De cómo vivió y por dónde viajó, recordaremos al leer “César Vallejo, París, Moscú, París” (Ed.Trilce,2011), de Teodoro Rivero Ayllón, recientemente distinguido en el Bicentenario de la Universidad Nacional de Trujillo.
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CONTENIDO
El libro relata el viaje que realizó Rivero Ayllón, en 1977, por la misma ruta de los tres viajes que Vallejo efectuó a la Unión Soviética en los años 1928, 1929 y 1931. El mismo itinerario que el vate universal realizó a París, Berlín, Leningrado, Moscú y París. En su contenido están las entrevistas a los amigos que tuvo César Vallejo durante sus quince años que vivió en París (1923-1938): Víctor Raúl Haya de la Torre, Macedonio La Torre, Juan Luis Velásquez, Pablo Neruda, Benjamín Carrión, Nicolás Guillén, Alejo Carpentier, entre otros destacados políticos y literatos de esa época.
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PRIMERA PARTE: París, París, París.
Trata de los siguientes aspectos: “En la sucursal del infierno”, “Julio Gálvez Orrego, el “chino”, “Alfonso, estás mirándome”, “Don Mariano, el más romántico paladín”, “este providencial Alfonso”, con el “Príncipe de los Cronistas”, “Yo no sé qué haré este nuevo año”. Es fácil recordar por qué Vallejo se fue a París. Ahora, entre lo descrito por Teodoro se identifica que las razones principales del poeta peruano en París son, por una parte, la atracción que ejerció sobre él el mundo cultural francés. Por otra, el duro golpe que le significó sufrir cárcel, por injustos motivos políticos, durante casi un año.
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SEGUNDA PARTE: Georgette entra en escena
Esta conformada por las siguientes subpartes: Mademoiselle Henriette, Ya aprenderás lo que vale esta economía, “Parisien…,putain….”(lo que constituye el motivo de desconfianza de Vallejo por Henriette). Un poeta llamado Vicente, Georgette entra en escena (fue un crudo invierno que Vallejo se va a vivir frente a una joven de 17 años, Georgette Mariela Philippart, p. 48). Georgette Philippart tenía solo 30 años cuando se quedó viuda, pero preservó para la posteridad una de las obras literarias más importantes escritas en español: el legado de su marido, el poeta peruano César Vallejo. En este capítulo incluye a Vicente Huidobro con “Mi hijo… ¿comunista?”, (p. 51). Teodoro considera en este apartado “A las 6, en la rue Montepensiere” indicando que es la hora que Georgete distingue y se enamora de Vallejo (p. 53) y conviven desde 1929 al morir su madre. Se ha reconocido que ella fue quien cuidó de César Vallejo en París. Durante esos años en la Ciudad Luz, Vallejo frecuentó especialmente una zona conformada por el distrito 14 de la ciudad y sus aledaños de los distritos 15, 6 y 5, particularmente, el área de Montparnasse.
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TERCERA PARTE: Luna de miel en Moscú
Comprende: “De viaje por la Unión Soviética”, en 1929, César y Georgette viajan a la Unión Soviética. Según carta a su hermano Víctor C. Vallejo de octubre de ese año, su itinerario fue Austria, Rusia, Hungría, Italia, Alemania y Checoslovaquia (p. 59). Tener presente que para Vallejo era el segundo de los tres viajes realizados. Para imaginar la quebrada salud del vate, leamos el apartado “El hospital de Ris Orangis”. Asimismo, se puede revisar los subtítulos “Desde el milagroso país de Lenin”, “Los otros empeños de Vallejo” (vender las pinturas que dejó la madre de Georgette, p. 73), “Quod natura non dat”, “Con Unamunu, Alberti y María Teresa”, “Pero, no todo el monte es orégano”. En este último texto se alude a Ricardo Palma.
Encontramos la crítica desabrida del español Luis Astrana Marín. Este observa a Vallejo de no “ser original, huir de tópicos y frases de segunda mano” y citó los versos “son las caídas hondas de los Cristos del alma, / de alguna fe adorable que el Destino blasfema. / Esos golpes sangrientos son las crepitaciones/ de algún pan que en la puerta del horno se nos quema”. El crítico español ironiza con los versos vallejianos -un poeta metido a panadero a quien se le quema el pan en la puerta del horno, no se ve todos los días. Ni esas crepitaciones de algún pan se oyeron nunca sobre vivos y muertos (p. 83).
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CUARTA PARTE: La muerte también tendrá su muerte
“Baudelaire, su tumba y ese murciélago” al respecto sobre la muerte, Rivero Ayllón incluye dos textos esclarecedores y conmovedores de Georgette, uno publicado en su carta al diario El Comercio, Lima, 3 de mayo de 1982 —César Vallejo tiene ya su tumba a perpetuidad en el cementerio de Montparnasse de París, donde es inamovible y queda cumplida su voluntad y la mía, para siempre— (p. 89); “Con Federico García Lorca”, “Matrimonio y mortaja” (César y Georgette se casan el 11 de octubre de 1934, en el municipio parisino del Barrio XV, él de 41 y ella de 26 (p. 93), “De la guerra de España a la Revolución de Trujillo”, “La carta que no llegó a su tiempo”, “Un noble caballero, de que nos honra” y “Qué horror el final”.
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REFERENCIAS
El libro incluye una cronología de los hechos más destacados. Para mayor comprobación están las referencias bibliográficas con citas a Jesús Cabel, correspondientes a sus obras “César Vallejo, a lo mejor soy otro, 27 nuevas cartas” (1998) y “Cesar Vallejo: correspondencia completa” (2002).
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