El brasileño José María Marín, el paraguayo Juan Ángel Napuot y el peruano Manuel Burga, los tres exdirectivos de la FIFA implicados presuntamente en el conocido como "FIFA-Gate" que no han reconocido su culpabilidad, afrontan desde este lunes en Nueva York el juicio por sus respectivos casos.
Acusados de corrupción y de beneficiarse con la venta de los derechos televisivos de competiciones de la FIFA como la Copa América, el expresidente de la Federación Brasileña (CBF), el expresidente de la CONMEBOL y el responsable de la Federación de Perú podrán defenderse de estos cargos que han rechazado desde que se hizo pública la investigación en mayo de 2015.
Un jurado popular decidirá sobre el futuro de los tres, después de que la juez Pamela Chen, que está al frente del caso, dictara las dos primeras sentencias hace unos días contra otros dos implicados que sí admitieron su culpabilidad.
Se trata del expresidente de la Federación de Guatemala Héctor Trujillo, de 63 años, quien deberá cumplir ocho meses de prisión, y el británico Costas Takkas (60), exdirigente de la Federación de Fútbol de las Islas Caimán, condenado a quince meses de cárcel después de declararse culpable de conspiración para blanquear tres millones de dólares en sobornos.
Como parte de su condena, éste deberá devolver tres millones de dólares a la Unión Caribeña de Fútbol.
Entre los que están a la espera de conocer su sentencia figuran e Jeffrey Webb, de Islas Caimán y expresidente de la CONCACAF, el trinitense Jack Warner, exvicepresidente de la FIFA y exjefe de la Concacaf también, el venezolano Rafael Esquivel, el nicaragüense Julio Rocha, el guatemalteco Bryan Jiménez, el hondureño Rafael Callejas o el costarricense Eduardo Li, responsables de sus respectivas federaciones.
El FIFA-Gate se destapó a finales de mayo de 2015, en vísperas del congreso en el que iba a reelegirse presidente al suizo Joseph Blatter, que ocupaba el cargo desde 1998, cuando la policía, en una operación conjunta de Estados Unidos y Suiza, irrumpió en el hotel de Zúrich donde se alojaban la mayoría de los directivos y realizó varias detenciones.
La colaboración con la justicia de Estados Unidos del estadounidense Chuck Blazer, acusado de conspiración de crimen organizado, evasión de impuestos y bloqueo de dinero, entre otros cargos, fue determinante para la investigación. Blazer, que fue secretario general de la CONCACAF, falleció el pasado 12 de julio. EFE