El , que el último martes eliminó al Barcelona en las semifinales de la Copa del Rey con un triunfo en el Camp Nou (1-3), ganó hoy al cuadro azulgrana 2-1 en partido de la vigésima sexta jornada de la Liga BBVA y queda a trece puntos.

El francés Karim Benzema anotó el primer gol y el argentino Leo Messi consiguió el empate aunque de manera provisional.

Sergio Ramos fue el encargado de rematar de cabeza un saque de esquina botado por el croata Luka Modric, lo cual marcó el tanto del triunfo a los 82 minutos del encuentro.

DERROTA. El Real Madrid derrotó por segunda vez en una semana a un Barcelona desfigurado, que perdió la oportunidad de recuperar la autoestima en el Santiago Bernabéu, ante un rival que comenzó plagado de suplentes y acabó venciendo por ganas y fe con un testarazo con el alma de Sergio Ramos (2-1).

Un clásico puede llegar con tintes de intrascendencia pero siempre será un duelo de alta rivalidad, un impulso anímico o un varapalo, uno de esos partidos que todos los futbolistas desean jugar. Se notó en un Real Madrid inédito. Repleto de suplentes ante un Barcelona repleto de dudas. La plantilla azulgrana necesitaba un buen resultado. Jordi Roura más aún, señalado como culpable con la sombra de la autogestión con Tito Vilanova en Nueva York.

Encontró Mourinho la fórmula para frenar al Barcelona. La puede patentar porque hasta con futbolistas poco habituales logró desfigurar el juego de su gran rival. Atraviesa el conjunto catalán un momento preocupante. Derrotado en partidos claves, por Milán y Real Madrid, fue patente su falta de confianza. Sólo Iniesta asumió su peso.

Sin desmarques de ruptura el Barcelona se ahogó en la maraña defensiva de Mourinho. Dos líneas de cuatro. Un dibujo por encima de los nombres. Con el guerrero Pepe acudiendo a todas las batallas de medio centro, un puesto donde suple con lucha su falta de condiciones. Su imagen en la zona de construcción era una muestra de que el Real Madrid no quería el balón.

EFE