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El serbio , número uno del mundo, destronó hoy al español , defensor del título, en cuartos de final de Roland Garros, al endosarle su segunda derrota en once años en la arcilla de París, por 7-5, 6-3, 6-1 en 2 horas y 26 minutos.

En el día que celebraba su 29 cumpleaños, el español, nueve veces ganador del Grand Slam de tierra batida, se mostró muy inferior al serbio, que busca sumar el único título "grande" que le resta.

"Tengo mucho respeto por Rafa. Esta temporada no ha jugado al nivel que nos tiene acostumbrados, pero es un gran campeón y es un placer jugar contra él", dijo , desde la abarrotada pista Philippe Chatrier que asistió a su gesta.

"Sé que la táctica era ser agresivo, mantener la concentración en todos los puntos. A veces no es fácil, Rafa aquí solo había perdido un partido y estoy muy contento de haberlo logrado. Espero seguir así", añadió.

A la séptima intentona,  puso fin al reinado de , que en su peor temporada desde 2004 dejó vacante el trono que ha mantenido durante nueve años con la única mácula del año 2009.

Djokovic se convirtió en el segundo hombre capaz de ganar al español en París, después de que el sueco Robin Soderling lo hiciera en los octavos de final de 2009.

Fue una derrota sin paliativos, metáfora de que el serbio es ahora el mejor tenista en todos los terrenos.

La caída de  tendrá como consecuencia su salida del "top 10" el próximo lunes, muestra de una desastrosa temporada en la que no ha ganado más que el torneo de Buenos Aires.

Todo lo contrario que Djokovic, que ahora tiene el camino libre para sumar su primer Roland Garros y añadir un triunfo a su palmarés brillante y a su temporada extraordinaria.

Contra Nadal consiguió su triunfo 27 consecutivo y se ha anotado todos los torneos importantes del año, todos los Masters 1.000 que ha disputado.

Solo Nadal podía hacerle sombra en Roland Garros, pero el serbio superó el obstáculo en el que tropezó seis veces, en la final del año pasado y en la semifinal de 2013, cuando el español ganó por su mentalidad de acero.

Djokovic no estaba dispuesto a dejar pasar otra oportunidad, sobre todo porque el campeón venía menos sólido, con grietas en su juego, en contraste con la firmeza del serbio.