Juan Carlos Oblitas es el último técnico que estuvo cerca de llevarnos a un mundial (Francia 1998) y, como jugador, formó parte de la última selección peruana que nos representó en la máxima competición a nivel de selecciones (España 1982). Hoy ocupa el cargo de director deportivo de la FPF y trabaja de cerca con Ricardo Gareca.
El diario deportivo El Bocón conversó con él y abordó el caso de jugadores que ya no son convocados por conductas inadecuadas.
Cuando se habla de jerarquía, saltan los apellidos de Jefferson Farfán y André Carrillo. La jerarquía tiene que ver con el roce, con el ritmo, con las ligas en las que juegas. Farfán juega en Emiratos Árabes y Carrillo apenas cuenta con minutos en el Benfica, ¿no es contradictorio hablar de jerarquía cuando se trata de ellos?
Tienes razón en eso y es un tema que quiero aclarar por unas declaraciones mías que salieron en otro medio. Yo dije que Farfán podría darle jerarquía deportiva al equipo contra Argentina y Chile, siempre y cuando esté jugando y siempre y cuando quiera, y creo que él quiere. Esas fueron mis palabras. Ahora, todo va a depender de la decisión del técnico, acá el único que toma las decisiones de si tiene que venir o no tiene que venir es Ricardo Gareca y en eso soy más que enfático. He sido técnico y sé cómo viene la mano, yo sé muy bien la línea tan delgada que existe entre la dirección deportiva y la dirección técnica, sé perfectamente cuál es mi función. Yo sí creo que Jefferson tiene jerarquía, yo sí creo que él tiene un plus que le puede dar al equipo en determinados partidos, pero juega en su contra la cantidad de tiempo que ha estado de para y lo mismo pasa con Carrillo. Es cierto que ya empezó a tomar parte en partidos del Benfica, pero me imagino que Ricardo será quien vea quiénes están con mayor recorrido para poder actuar en la selección peruana.
Perú se juega la eliminación partido a partido, entonces la posibilidad de que estos jugadores alejados por indisciplina vuelvan para pelear esta Eliminatoria casi está descartada.
Yo no utilizó el término indisciplina, utilizó el término inconducta. Hay inconductas que mortifican, que molestan, que el jugador quizá no lo ve tan importante, pero que nosotros sí, desde nuestro punto de vista las vemos más que importantes. Ricardo ha dicho algo que yo siempre valoro y lo repito: la selección peruana no le cierra las puertas a nadie y eso creo que hay que valorarlo y ponerlo en su justo medio. Por eso, yo también ahí doy mi toquecito y digo que en la selección van a estar los que quieran estar, a eso me refiero. Tienen que aceptar las reglas que está imponiendo el técnico. El caso de Advíncula, por ejemplo, hay cosas que mortificaron al cuerpo técnico y se molestaron mucho con él. Pero tiene un techo muy grande por delante, son cosas que seguramente Ricardo, en un momento determinado, tomará una decisión, no sé si será ahora o nunca. Si Ricardo ha dado muestras de algo es de coherencia.
¿Ha existido un intento de parte de estos jugadores de conversar con Gareca? ¿Algún acercamiento?
Ricardo siempre viajó para estar con los jugadores de afuera. No creo que haya habido un acercamiento de ellos con la selección peruana, pero Ricardo siempre ha tenido un diálogo fluido con ellos. Es más, en su último viaje a Europa les hizo saber a todos sobre estos cambios en la metodología de trabajo que iba a haber fuera del campo.
Hablabas de que si Farfán quiere estar en la selección va estar, ¿crees que en algún momento no quiso estar en la selección?
En el caso específico de Farfán, yo creo que él quiere estar, pero no basta con mensajes vía Twitter o vía Facebook, más importantes son los actos, en la vida todo se basa en eso. A mí no me gustaría ver tanto a Jefferson metido en estas cosas fuera del fútbol, no me gustaría, pero es un mundo ideal pues, es lo que dije al comienzo de la entrevista. Yo estoy seguro de que si Ricardo se sienta a hablar con él y le explica cuál es el nuevo sistema de trabajo, él se va a comprometer en cumplir con todo. Ya después de la selección peruana los jugadores pueden hacer lo que quieran. He conversado muchas veces con Jefferson y lo que sí demostró es que cada vez que entró al campo de juego se entregó al máximo.