Empresario Juan Fernando Correa es el presidente de la edición 61° de la CADE 2023 que se realizará en Cusco.
FOTO: BRITANIE ARROYO DUEÑAZ
Empresario Juan Fernando Correa es el presidente de la edición 61° de la CADE 2023 que se realizará en Cusco. FOTO: BRITANIE ARROYO DUEÑAZ

El próximo noviembre, la ciudad del Cusco será sede de la 61° edición de la Conferencia Anual de Ejecutivos - CADE 2023 y Correo conversó con su presidente, el empresario Juan Fernando Correa Malachowski, para conocer un poco más de las expectativas que tiene el sector así como su lectura de la situación política y económica actual.

“Volver a creer, volver a crecer” es la frase elegida para resumir la 61° CADE, ¿qué tan grave fue la pérdida de confianza para el sector empresarial en estos meses?

Fue muy grave, creó una incertidumbre que generó una caída en la inversión y eso es grave porque la inversión, sea privada o pública, genera empleo. En el Perú, el 80% de la inversión es privada y el 20% es pública. Entonces, cae la inversión privada y se pierde empleo y al perderse empleo o no generarse nuevo empleo en una población que crece, se genera más pobreza y más pobreza genera más inestabilidad política y más tentación al populismo y eso es muy preocupante sobre todo porque hemos tenido experiencias en América Latina, como lo que se ha vivido en Venezuela, Nicaragua o Argentina y frente a un gobierno que ataca directamente de la inversión privada, la inversión privada simplemente dice ahí no me quedo. Como país necesitamos recuperar la confianza, y por eso estamos diciendo tenemos que volver a creer en el país, tenemos que volver a recuperar la confianza para volver a crecer.

¿Qué cambió respecto a la confianza empresarial luego de la salida de Pedro Castillo del poder?

Por lo menos ya no vemos una amenaza directa al sector privado, hay mucho mayor diálogo, pero tenemos que entender que estamos todavía en una situación de un equilibrio inestable porque estamos frente a un gobierno que tiene alrededor de 10% de aprobación y un Congreso que tiene menos de 10% de aprobación (...) eso genera incertidumbre, pero por lo menos no se sienten ataques directos al sector privado y lo que se siente más bien o lo que se visualiza es una intención de generar diálogo que permita recuperar el empleo, recuperar la inversión y buscar, además el cierre de brechas que nos permitan salir adelante.

¿Qué señales tendría que dar el gobierno al sector para que deje de temer a este “equilibrio inestable”?

En primer lugar tiene que haber señales de mejora de la institucionalidad. No señales económicas porque, finalmente, las condiciones macroeconómicas del Perú son ejemplares, son realmente fuertes, pero necesitamos recibir señales en donde la institucionalidad y las instituciones se vayan reforzando tanto desde el Congreso como del Ejecutivo. O sea, la ley que nombra a 14 mil profesores que no cumple los criterios establecidos para tomar ese trabajo no puede ser aprobada, no es posible. Esto es simplemente atacar la meritocracia y un país, para que tenga instituciones sólidas, necesita personas capaces, entonces es absolutamente fundamental que, tanto el gobierno como el Congreso, emitan señales en favor de la institucionalidad pública, reforzando las instituciones, tanto políticas como de gobierno.

¿Y qué se propondrá en la CADE al respecto?

Vamos a llevar varias propuestas concretas para mejorar la institucionalidad y recuperar la inversión y el crecimiento del empleo en cuatro sectores que consideramos fundamentales, tanto por el impacto económico por como por la generación de empleo y son minería, construcción, turismo y agricultura, cuatro sectores que están con serias afectaciones y que necesitamos levantarlos. Entonces, qué mejoras en la reglamentación en el funcionamiento del Estado deberían hacerse para que esos sectores recuperen el crecimiento porque eso ayudaría al país.

Hablando de institucionalidad, habrá dos sesiones que para mí son sumamente importantes. Una es cómo recuperamos la confianza entre el Estado y el sector privado y cómo recuperamos la integridad. Tenemos que luchar contra la corrupción, pero eso pasa por crear nuevos estándares de integridad en el funcionamiento del Estado y las relaciones de este con el sector privado y, por otro lado, queremos plantear una redefinición de la formalidad. No podemos vivir en un país en donde 75% de los peruanos trabajan en la informalidad, no es posible. Estamos totalmente fuera de lógica y eso está directamente relacionado a las leyes laborales y tributarias que tenemos en el país. Hay elementos culturales pero, sobre todo, es la normativa laboral la que genera es este nivel de informalidad y la cantidad de pequeñas empresas que nunca crecen.

Entonces, es necesario generar cambios institucionales, cambios en la regulación que permitan impactar de manera efectiva en la economía y en la vida de los peruanos.

¿La reactivación económica postpandemia también será evaluada en esta CADE?

Lo que nosotros buscamos es transmitir propuestas al Ejecutivo y al Congreso que permitan destrabar sectores económicos o políticas que ayuden a la reactivación, o sea, la voz desde empresariado acerca de qué cosas necesita el país no para beneficiar algunos, sino para hacer que este vehículo que tenemos atollado salga del fango y comience nuevamente su recorrido hacia el desarrollo y, por otro lado, impulsar al sector privado a salir de la costumbre de solamente llegar a sus áreas de impacto para generar impacto más allá y ahí queremos tocar varios temas que permitirán no solamente recuperar la inversión sino apoyar en el cierre de brechas sociales y vemos dos mecanismos que van a ser discutidos: uno es cómo impulsamos nuevamente las asociaciones público privadas, cómo recuperamos esa actividad que permite el desarrollo de infraestructura y de servicios que pueden ayudar significativamente a mejorar los servicios a los ciudadanos. Por otro lado tenemos que impulsar obras por impuestos, que es un mecanismo que nos permitiría recuperar la actividad económica en regiones que además generan un beneficio.

¿Qué se necesita para esto?

Tiene que haber un diálogo y un acercamiento del sector privado con el público porque, finalmente, las obras por impuesto pueden venir de una iniciativa del sector privado, pero requieren un alineamiento al sector público. Es el sector público el que decide si eso se hace o no.

¿Pero, en muchos casos, las trabas vienen de los gobiernos subnacionales para no perder presupuesto?

Ahí entramos a un terreno más complejo, pero yo creo que hay desconocimiento. Es verdad que también hay esa sensación en algunos casos.

Sin embargo, hay varios gobiernos regionales y municipales están bien activos en impulsar proyectos a esa naturaleza. Por ejemplo, el gobernador de Cusco y el alcalde de Cusco hicieron una presentación de los proyectos que apuntan a impulsar vía obra por impuestos y APP. Fue una presentación muy buena y los montos son realmente importantes, entonces sí veo una voluntad, en Cusco, de impulsar obras por impuestos

Pero esos son gobiernos regionales o provinciales ¿qué hacemos con los distritos pequeños que tienen presupuesto por canon, pero carecen capacidad de gestión?

Los gobiernos municipales en esas regiones, en esos en esos distritos, tienen que tener la voluntad (...) un tema para mí importante es que si los gobiernos regionales transparentes y municipales positivos, con buena intención, dan un buen ejemplo de que vía por obra por impuestos se pueden hacer más rápido los proyectos que benefician a la población, en algún momento lo que debería pasar es que la población vecina va a decir ‘oye y ¿por que yo no?’ Eso ayudaría a que se dispersen estas obstáculos que a veces aparecen.

Ha hablado mucho de integridad, pero desde su sector ¿qué se está implementando para que no ocurran casos de corrupción como los que hemos visto anteriormente porque también le toca a ustedes, no hay corruptos sin corruptor...

El sector privado tiene varias iniciativas para impulsar la integridad empresarial. El primer componente importante a tener en cuenta es que se implementaron en el Perú algunas de las de las reglas de la OCDE con respecto a inclusión en temas penales a las empresas. Hay una realidad concreta: hoy, a diferencia de hace cinco o seis años, la empresa sí es sujeta a penas de índole legal que tengan consecuencias en su funcionamiento y, además, los directores de las empresas hoy día tienen una responsabilidad mucho mayor que la que tenían hace unos años. Los gremios empresariales, hoy en día tienen códigos de éticas en donde expulsan a las empresas que cometen actos ilegales. Hace poquito hubo una empresa que hizo un tema de un comportamiento que salió en todos los medios, que no está dentro de la ley y fue expulsada de gremio que era parte y así están comenzando a aparecer esas decisiones con determinación, claridad y sin dudar.

¿Qué le diría a la ciudadanía respecto al sector que usted representa?

El mensaje central es que el empresariado, o algunas empresas, han dejado con una muy mala imagen al conjunto del empresarial por temas de corrupción o por temas de comportamiento inadecuado. No caben ninguna duda de que este hay ejemplos malos y no puede seguir pasando y tienen que eliminarse. O sea, definitivamente, es fundamental que el empresariado dé un ejemplo de transparencia, de que sí está interesado no solamente de su beneficio propio, sino también del bienestar del Perú. Separemos bien la corrupción del comportamiento correcto, pero no cuestionemos la institucionalidad.

Más bien, el mensaje del empresariado tiene que ser que sí estamos interesados en el bienestar del país, que sí estamos interesados en tener un ambiente en donde podamos contribuir al progreso y sí estamos interesados en eliminar todos esos comportamientos inadecuados. Tenemos que mandar señales claras de que eso es así y eso es lo que queremos hacer.