Mucha gente cree que renegociando el contrato de Camisea se masificará con gas natural el país, pero no es así, dice Carlos Gonzales Ávila, consultor en hidrocarburos. En diálogo con Correo dijo que, para ello, el Estado debe subsidiar la construcción de un gasoducto, pero primero debe apelar a la distribución con un gasoducto virtual (camiones), como lo hizo Colombia, e ir generando mercado. Recalcó que gas hay hasta para reinyectar en el Lote 88 de Camisea.


¿Renegociar el contrato de Camisea garantiza masificar el gas natural?

La responsabilidad del productor (Pluspetrol, operador del Consorcio Camisea)) es sacar el gas natural hasta la superficie, luego queda en manos del que lo transporta, como TGP (Transportadora de Gas del Perú) o Perú LNG (exportadora).

El gas que sobra se reinyecta (en el Lote 88). La única posibilidad de masificar el gas es con gasoducto, mientras tanto se puede apelar a una distribución mediante uno virtual (camiones especiales).


¿No es más caro?

Si, es más caro, lo que significa que el Estado tiene que subsidiarlo, como se hace en el mundo, como lo hace Colombia, que inició su masificación con el sistema virtual, por eso los colombianos se volvieron expertos en gasoductos virtuales, como Promigas, por ejemplo. Después, construyeron grandes gasoductos.


Y, ¿el Proyecto Siete Regiones?

El nombre asusta porque parece muy grande; geográficamente es inmenso, pero en términos de mercado es pequeño. El problema, creo yo, es que todos ven el contrato de Camisea para masificar con gas el país, pero no es así. El problema es que no hay mercado, no hay transporte que lo acerque al consumidor final. No depende del productor de Camisea ni del contrato, la responsabilidad acaba cuando se saca el gas a la superficie.


¿Otras alternativas?

Si las hay, pero no se habla de ello. Por ejemplo, Perú LNG cedió parte de la capacidad de su gasoducto para el consumo interno. El Gobierno debe preocuparse en asegurar el mercado y la demanda, después del transporte y Camisea entregará todo el gas que se necesite. Además, se comete el error político de decir que el Lote 56 debe entregar el gas para el consumo interno y no para la exportación. En el Lote 88 hay suficiente gas, hasta para reinyectar por falta de demanda. El Lote 56 entregará cuando se agote el 88, en unos 25 o 30 años.


¿Es necesario declarar en emergencia el gasoducto?

El único pendiente es el que construía Odebrecht y está en controversia. Pero, hay quienes dicen que este gasoducto ya no sirve porque los tubos están malogrados. El Estado tiene la opción de que lo haga un privado, pero como no hay demanda probada no es atractivo, por lo que el Estado tendrá que hacerlo. Lo que si es un problema serio es el petróleo, se paga $100 el barril que importamos.

El Perú produce 40 mil e importa 220 mil barriles diarios y así se pretende que todos los lotes pasen a Petroperú.


Principalmente los de Talara, ¿verdad?

Hay analistas del sector que señalan que el barril de petróleo está $108 y el costo es $30, que la diferencia es ganancia de las empresas que importan, lo que es falso. El costo de extracción está entre $20 y $40, dependiendo del yacimiento; Lo de Talara suman entre $40 o $50 por la regalía que pagan, entonces, es mínimo lo que queda para el productor. Se propone que Petroperú compre el petróleo de los lotes de Talara a costo de producción, es decir, a $40, por lo que se asume que no pagará regalía.


¿Y los trabajadores de los lotes de Talara?

Con el nuevo reglamento de tercerización laboral, las seis o siete mil personas que trabajan en los lotes de Talara entrarían a la planilla de Petroperú. El reglamento no se pensó para la minería ni para la actividad petrolera, que tienen actividades que son núcleo del negocio, pero que son tan especializadas que se necesita contratar a terceros. Está pensado para otras actividades.


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