Con la pandemia han surgido un sinfín de negocios que ofrecen sus productos y servicios en Facebook e Instagram. Sepa cómo tener éxito.
Con la pandemia han surgido un sinfín de negocios que ofrecen sus productos y servicios en Facebook e Instagram. Sepa cómo tener éxito.

Con la crisis desatada por el COVID-19, miles de emprendedores han buscado sacar adelante sus negocios con el comercio digital, siendo las redes sociales los espacios más accesibles para seguir comercializando sus productos y servicios.

No obstante para dueños de pequeñas empresas ha sido todo un reto dar un vuelco hacia la tecnología de una forma tan repentina, y aún siguen intentando mejorar sus estrategias digitales para incrementar las ventas.

A ellos, Rodrigo Bejarano, manager de Wunderman Thompson y socio del IAB Perú, aconseja no desanimarse por la gran cantidad de nuevos emprendimientos que hay en Facebook e Instagram. Si bien la gran oferta causa que la atención del usuario sea muy dispersa, las marcas y negocios necesitan enfocarse en compartir información relevante para atraer a potenciales clientes.

“Hay que arrancar por tener claro que en redes sociales influye la estética y la calidad del contenido que se comparte con los usuarios. Otros ejes importantes son resaltar los atributos de los productos que se ofrecen y brindar una atención oportuna a los usuarios”, remarca el experto.

Estrategias. Para saber cómo enfocar las estrategias de venta en redes, se puede empezar por identificar qué contenido se publicó el día que se obtuvo mayor cantidad de pedidos y crear otros post similares. También ayuda tener información de la base de clientes.

Por ejemplo, identificar zonas con más entrega, pedidos más recurrentes y los días en que suelen comprar más los clientes. Esta información permitirá adoptar una estrategia más proactiva con respecto a los usuarios y al mismo tiempo, será personalizada.

Cómo atender los reclamos. La clave es la transparencia y la comunicación oportuna. La compra por medios digitales tiene dos momentos que generan emoción en el usuario, la compra y la entrega. En ese sentido, el cliente genera expectativas y al enfrentarse a una demora esta se transforma en frustración.

"Lo ideal es fijar fechas reales, que permitan enfrentarse a imprevistos y que puedan cumplirse dentro de las posibilidades logísticas de la empresa. En caso de un imprevisto es importante comunicar al cliente de forma oportuna y, si es posible, compensar la demora con algún beneficio. “La pasividad en la atención de los reclamos puede llevar a que la sección de comentarios de nuestras publicaciones se vuelvan el buzón de reclamaciones. Y esto puede afectar la imagen y credibilidad de las nuevas empresas en redes sociales”, finaliza Bejarano.