Ya sea por falta de experiencia o por demasiado optimismo, algunas veces los emprendedores cometen el error de pasar por alto algunas medidas básicas para no perder dinero cuando apenas se arranca la empresa. Anota estos siete consejos y aplícalos para tener mejores rentas:
- No seas un hombre o mujer “orquesta”. No faltarán las personas que te digan que tienes que estar al pendiente de todo en todo momento pero lo principal es dedicarte a tu proyecto. Si no sabes manejar las cuentas, mejor contrata a alguien porque no sirve de nada improvisar.
- Servicios online. A través de la web también puedes acceder a consultorías y servicios para asuntos puntuales que requieran de personal especializado. Imagina que estás tercerizando o subcontratando el servicio para tratarlo a distancia.
- Conoce el sector. Siempre hay hábitos financieros que las empresas con más tiempo utilizan a su beneficio. Pon especial atención a las rutinas de pagos y cobranzas entre proveedores, tesoreros o socios.
- Realiza simulacros. Colócate en diferentes escenarios. Por ejemplo, ¿qué ocurre si no cancelo determinado monto en 60 o 90 días?, ¿qué pasa si un cliente me interpone una acción judicial? Analiza las situaciones que más perjudican la rentabilidad de tu negocio.
- No cantes victoria hasta el final. Es importante reconocer que una venta no termina en el momento en que cobras el dinero. ¿Qué pasaría si el cliente no está conforme? Además de las devoluciones podrías tener problemas para efectuar el cobro si no se analizó con cuidado el historial crediticio de los clientes.
- Gasta solo lo necesario. Según los productos que ofreces o el sector en el que incursionarás, es probable que ni siquiera necesites de una oficina. Muchos negocios a distancia funcionan muy bien sin tener un lugar físico. Piénsalo.
- Usa cuentas separadas. Al principio queremos que todo funcione bien y tenga un buen inicio no importa de dónde salga el dinero. Sin embargo, es un grave error mezclar dinero personal, de la empresa o de tus contribuyentes. Mucho cuidado.