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Fitch Ratings, la calificadora de riesgo crediticio, señaló que la convulsión social en Perú provocaría, este año, un período prolongado de incertidumbre política, debilitaría las perspectivas de crecimiento y pondría a prueba la resiliencia fiscal.
En el nuevo reporte sobre la expectativa del Perú, agrega, que el punto de partida fiscal de este año es más fuerte de lo que anticipaba, pero “la perturbación económica por la parálisis de las políticas y el descontento social se está volviendo más evidente”.
Elecciones. Fitch indica que el hecho de que el Congreso no aprobara el proyecto de ley de la presidenta Dina Boluarte para celebrar elecciones este año significa que aún no está claro cómo se resolverá la crisis política.
Considera que el Congreso aún tiene que ratificar por completo una propuesta para adelantar las elecciones a abril del 2024, y la fecha aún está sujeta a debate político.
La agencia indica que adelantar las elecciones a este año es una demanda de partidarios del vacado Pedro Castillo.
La calificadora señala que los desafíos de gobernabilidad profundamente arraigados y un punto muerto entre el Ejecutivo y el Congreso eran un obstáculo para las iniciativas políticas antes de la destitución de Castillo. “Un deterioro en la estabilidad política y la efectividad del gobierno y los riesgos resultantes para la inversión y el crecimiento fueron factores clave de nuestra revisión de la Perspectiva de la calificación ‘BBB’ de Perú a Negativa desde Estable en octubre de 2022″, precisaron.
Impuestos
Resiliencia fiscal implica la capacidad de Perú de recaudar ingresos, en medio de la convulsión social, para sostener gastos.
