En los últimos quince años, América Latina hizo avances significativos en términos de reducción de pobreza y desigualdad. De acuerdo a un estudio del Banco Mundial, la pobreza extrema se redujo a la mitad hasta alcanzar el 12,3% y la pobreza moderada bajó de 41% a 25,3%; no obstante estas familias todavía se encuentran en un nivel de vulnerabilidad, pues su exposición a los desastres naturales es elevada.
"A pesar de los grandes avances en términos de prosperidad de los últimos años, muchas personas en América Latina y el Caribe están tan solo a un desastre de regresar a la pobreza", indicó Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. Por ello, consideró que estos países deberían prepararse mejor, para evitar perder aquello que tanto trabajo costó construir.
Efectos económicos de los desastres
El informe, titulado "¿Desarrollo Económico Inestable? Choques Agregados en América Latina y el Caribe", fue presentado por el economista Javier Baez, y da cuenta de que las familias con los menores ingresos son las que a menudo sufren con más fuerza los efectos de una gran crisis económica, un desastre natural o un conflicto armado, factores que son considerados como "shocks económicos".
"En Guatemala se comprobó que después de las inundaciones se produjo una caída en el consumo de 12% a 15% por los choques externos. Un desastre natural eliminó cinco años de avances en la reducción de la pobreza", explicó.
En el caso peruano, producto de una encuesta realizada en el 2013, el Banco Mundial encontró que al menos dos de cada diez hogares en el quintil de recursos más bajos se han visto afectados en los últimos 12 meses (2012) por choques severos. Baez consideró que es deber del Estado reducir esta vulnerabilidad porque afectan seriamente la capacidad productiva del país y porque tienen efectos a largo plazo.
"Los desastres agudizan la inequidad y tienen efectos nocivos a largo plazo. Además, invertir en un buen manejo de riesgos es rentable", aseguró.