Este sería un homenaje a la vida de los engreídos del hogar ante su partida.
Este sería un homenaje a la vida de los engreídos del hogar ante su partida.

Por Christian Lengua

La idea nació hace cuatro años cuando observaron por Internet esta novedosa propuesta, un año después el proyecto ya contaba con nombre: Semillas de vida. Lo que ofrecen es brindarle un final distinto a la mascota que fallece, y convertir las cenizas en una planta o un árbol.

La urna Bios, que contiene el sistema que permite convertir las cenizas en plantas, la traen de Barcelona tras obtener la distribución y exclusividad en Perú. Empezaron la campaña en redes sociales, colocando las urnas en algunas veterinarias y se asociaron con un crematorio de mascotas en Lima.

Gonzalo Valera, gerente comercial de Semillas de Vida, indicó que la urna permite a la planta o semilla que elija la persona nutrirse de las mismas cenizas. Viene con unos minerales que permiten que la planta sea más resistente y de simple cuidado.

Ofrecen cuatro tipos de semillas por árboles: jacarandá, guaranguay, molle costeño y la acacia. Tienen la particularidad que las raíces reconocen el espacio y detienen su crecimiento, por lo que se puede mantener en una maceta o en un jardín.

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Lo que hace la urna es que durante los primeros seis meses crecen las raíces, y a partir del séptimo mes, empieza a filtrarse las raíces a la cámara inferior, es ahí donde empieza a absorber todos los nutrientes como el calcio, hierro, potasio. Y la planta ya es resistente, para soportar el ácido de las cenizas.

“El servicio consiste en que, ya sea nos contacten desde la cremación o si ya tienen las cenizas en casa, los ayudamos en todo el proceso de sembrado, dejamos la planta lista para que solo se tenga que regar un par de veces a la semana”, explicó Valera. Tiene un costo de S/ 249.

La idea de este emprendimiento, señaló el gerente, es darle a las mascotas un cierre más emotivo del que normalmente se da. “Darles la opción de que la vida, de cierta manera, continúe. Además, puedes retribuir en cierta manera al medioambiente. La idea es que los árboles queden años después, cuando ya no estemos”.

También hay un tema medioambiental, ya que Valera y sus otros tres socios tienen la visión de crear un camposanto de mascotas. “En lugar que sea un lugar lúgubre, puede ser un pequeño bosque en el medio de la ciudad”, explicó.

Es curioso porque todos los casos son emotivos, afirmó Valera. Recordó el caso de una familia que en casa había comprado una maceta y los niños pequeños habían pintado sus manos con pintura acrílica. “Esa era la forma de despedir a su perrito. Ese arbolito ahora era su responsabilidad y crecería junto con ellos”, comentó.

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