Participar en una licitación internacional convocada por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), a través de Provías, para comprar puentes es un gran reto para las empresas metalmecánicas nacionales. De ganar la buena pro, estas deben esperar hasta 180 días para que se les pague por sus productos, señaló Víctor Lazo, gerente general de la Asociación de Empresas Privadas de Metal Mecánica (AEPME).
Lazo explicó a Correo que cuando una extranjera gana una licitación, el trato es diferente porque cobran en un corto tiempo. “En caso que la buena pro la gana una empresa extranjera no domiciliada en Perú, las bases que usa el MTC determina que el pago se haga mediante una carta de crédito bancaria de realización automática e irrevocable, la que se abre conjuntamente con la orden de compra”, explicó.
TRÁMITES ENGORROSOS
Refirió que tener una orden de compra garantizada con una carta de crédito bancario permite al proveedor extranjero obtener de sus bancos el financiamiento requerido por la certeza en el pago.En cambio, “cuando gana una peruana y entrega los puentes, tiene que esperar la conformidad del MTC y solo después podrá presentar su factura, que empieza a correr administrativamente en este ministerio y el pago correspondiente se produce de 60 a 90 días, en el mejor de los casos, sino es a los 180 días, porque a su vez el MTC tiene que recurrir al Ministerio de Economía (MEF) para que le provea los fondos respectivos”.
Lazo dijo que para que las empresas peruanas compitan en igualdad, se debe variar las condiciones de compra que exigen en los Concursos de Precios y Licitaciones que realiza Provías y que se publican en la OSCE. “En otras palabras, las bases son las que deben cambiarse para eliminarse esta discriminación”, dijo.
Lazo explicó que la AEPME agrupa a 25 empresas metalmecánicas y entre todas generan, en promedio, un movimiento económico de $1000 millones anuales.
Además, le dan trabajo directo a un promedio de 50 mil personas y de forma indirecta a un promedio de 200 mil trabajadores. Sin embargo, el número de empleos directos disminuye por la paralización de inversiones.