La filtración de los programas sociales (acceso de personas no pobres o pobres extremos) es muy alto en Perú. Para conocer con exactitud cuántos hogares peruanos pobres necesitan acceder a uno, se necesita hacer un censo en todo el país, muy similar a la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho), señaló César Peñaranda, director ejecutivo del Instituto de Economía y Desarrollo Empresarial (IEDEP) de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
Precisó que hacer un censo, especialmente para determinar el nivel del filtro de los programas sociales, tiene un costo de aproximadamente S/2640 millones.
“De esa manera se evitaría que hogares que no tienen condición de pobreza ingresen a esos programas asistenciales del Estado”, indicó.
Según la Sociedad de Comercio Exterior (Comex), uno de los programas que tiene un alto nivel de infiltrados es el Vaso de Leche (PVL). Según la Enaho 2017, unos 99,1767 hogares se beneficiaron con el PVL, pero solo el 9.2% es pobre extremo y el 32.5% es pobre, es decir, casi 6 de cada 10 hogares no deberían recibirlo (578,493 no pobres deberían beneficiarse).
Peñaranda dijo que Juntos, Pensión 65, Cuna Más y Qali Warma operan simultáneamente desde el 2014 y para el 2019 tienen un presupuesto de S/3858 millones, “recursos que deben ser correctamente asignados para alcanzar sus objetivos e incidir en la reducción de la pobreza”.
Agregó que la Enaho 2017 usó una muestra de 33,289 hogares, de los cuales 6374 tienen la condición de pobres y 26,915 son no pobres; de este último grupo, se encontró que 2369 son beneficiarios del Programa Juntos y 2002 de Pensión 65.
Peñaranda señaló que una de las explicaciones de esas filtraciones está en la metodología que se sigue en el Sistema de Focalización de Hogares (Sisfoh), que genera una base de datos llamado el Padrón General de Hogares (PGH), que se alimenta de distintas fuentes como el barrido censal del INEI, entre otros.
Por ello, considera que un censo a nivel nacional será más efectivo para reducir las filtraciones.