La belleza es un buen negocio

Cuidar la apariencia, sentirse bien y atraer miradas no son simple banalidades. Tiene que ver con el cuidado personal y autoestima. Por esta razón hoy en día un gran número de personas opta por satisfacer esos intereses en un salón de belleza o un spa.

Este negocio, considerado por los expertos como uno de los más rentables y duraderos, requiere de una serie de medidas y criterios que no pueden dejarse de lado.

Lo primero es estar bien informado y saber qué buscan los futuros clientes. Por ejemplo, el consumidor actual busca diferenciarse. Es decir, procure aliarse con una marca en especial para ofrecerle a sus clientes productos exclusivos.

Esto denota prestigio, organización y profesionalismo en el servicio. Además, la marca brinda grandes descuentos por la exclusividad.

Identifique sus fortalezas.

Durante el planeamiento de estrategia es conveniente analizar debilidades y fortalezas. Actualmente en el mercado reinan las grandes cadenas de salones de belleza, pero un local pequeño puede captar su propio público si uno participa directamente en lo que más sabe.

Así, si uno es bueno vendiendo el producto, hay que estar ahí. Por otro lado, si se carece de algunas técnicas o experiencia se recomienda llevar cursos, talleres y realizar focus group para sondear la calidad del servicio.

En tanto a los productos y servicios, estos deben ir de acuerdo con las necesidades del mercado. Si la tendencia es teñido del pelo, puede ofrecer, además, un masaje a la testa. Respecto al trato al público, este debe ser muy cordial pero tampoco muy íntimo. Cabe resaltar que el local debe escapar de los ruidos molestos y deben estar protegidos contra ellos, pues las personas que acuden suelen "desconectarse" de todo.

El personal. Hay que tener en cuenta también que un salón de belleza debe contar, mínimo, con: una persona dedicada a brindar servicios de manicure, otra al pedicure, otra que haga corte, teñido y tratamiento del cabello, una que se encargue de hacer masajes relajantes y, finalmente, la recepcionista que también puede fungir el papel de cajera.

Luego de tener todo esto claro, lo más importante es inscribirse en la Sunat como Persona Natural o Persona Jurídica y acogerse a un Régimen Tributario. El éxito está al alcance de sus manos.