¿Piensa entrar a una junta?

De seguro ha visto algún amigo o familiar que cada mes separa un mismo monto de dinero para participar en uno de estos conocidos mecanismos de ahorro. Integrarse a un grupo de estos es muy sencillo pero tiene que tener en cuenta algunos puntos.

¿Cómo funciona?

En primer lugar, hay que considerar que se trata de un acuerdo que se basa en la confianza mutua. En este trato, las personas se comprometen a aportar periódicamente una suma de dinero para formar una bolsa común. 

Luego, una persona responsable debe recoger el aporte de todos y adjudicarlo a la persona que le corresponde ese mes. Así sucesivamente hasta que cada uno de los miembros del grupo reciba su dinero. Cabe señalar que los integrantes de la junta deben tener un ingreso seguro y ser buenos pagadores porque esta es la única garantía que hará que la junta funcione.

Ventajas y desventajas

No se requiere cumplir con ninguno de los requisitos que exige el sistema financiero. Con los primeros números (o integrantes) confirmados, se pueden empezar a establecer las reglas de la junta. Por ejemplo, si el aporte será mensual o quincenal y a cuánto va a ascender el monto.

Lo bueno es que las juntas permiten planificar pagos grandes de una sola vez, como la reparación del auto, la compra de algún electrodoméstico o la cancelación de una deuda. Lo malo es que todos tienen que conocerse bien y cumplir con sus aportes a tiempo.