El economista César Luna Victoria considera que de aprobarse la eliminación de algunos beneficios tributarios, tendría que ser de manera paulatina. (USI)
El economista César Luna Victoria considera que de aprobarse la eliminación de algunos beneficios tributarios, tendría que ser de manera paulatina. (USI)

La reactivación económica, los ajustes tributarios y la solución a los problemas que nos impiden crecer, son analizados por César Luna Victoria, socio del Área Tributaria y Aduanera y del Área Corporativa del Estudio Rubio, Leguía y Normand, y exministro de Pesquería (hoy Produce), y de Industria y Turismo (hoy Mincetur).

Con la fase 4 de la reactivación en marcha, ¿cómo evalúa las decisiones tomadas por el gobierno con miras a recuperar la economía?

Bueno, lo de la fase 4 es el último concho de la reapertura económica, queda muy poco prohibido, ya toda la economía está funcionando pero con limitaciones asociadas a espacios cerrados y distancia social. Está bien, pero no es por una razón económica, sino sanitaria.

¿Resulta necesario contemplar más ajustes legales para que la reactivación marche como se espera?

Como siempre, el derecho tiene un nivel de eficacia y los ajustes legales son lo último que hay que hacer, básicamente es un tema de cultura, para que la gente no se relaje. Pero, hay que separar la reactivación per se y el desarrollo de la epidemia, que es un elemento que afecta la reactivación económica, pero no es ni la causa que la frene ni la causa que la acelere. No le demos a la epidemia una responsabilidad que no tiene.

Pero, sí ha contribuido con los resultados que hoy presenta nuestra economía.

Sin epidemia, la actividad económica ya tenía problemas para crecer, por eso hay que analizar los problemas que tenemos para reactivar y acelerar la actividad económica, con y sin epidemia. Sin duda, la epidemia está generando sobrecostos y retrasos porque el aislamiento social supone, por ejemplo, que en una línea de producción donde antes había 100 personas, ahora haya 40, igual en transportes y restaurantes. Pero, estamos pagando decisiones que no tomamos a tiempo para reactivar la minería o la infraestructura. Ahí está la verdadera causa.

¿Por dónde enrumbarse para no seguir pagando por errores anteriores?

Tenemos que hacer que el gasto público en inversión sea más eficiente y que se generen condiciones para la inversión privada porque el ruido político, que nada tiene que ver con la epidemia, ha generado retrasos. Otro ejemplo claro han sido las protestas agrarias, eso refleja que no nos hemos entendido porque la derogación de la Ley Agraria ha perjudicado a los trabajadores. Hemos tomado una decisión políticamente correcta pero económicamente fatal.

¿Qué esperar al respecto cuando la AGAP afirma que los han dejado en el limbo?

Es cierto que los dejan en el limbo y por eso tengo muchísima fe en el ministro de Economía. Pero, en el tema laboral, su problema no es la ley agraria sino el salario mínimo. Creo que la mejora de los trabajadores irá probablemente con un incremento del salario mínimo que contemple la competitividad de las empresas. Y en el tema tributario, no se les puede duplicar el Impuesto a la Renta a las empresas agrarias si no hay condiciones y el productor agrario enfrenta sobrecostos producto de la ineficiencia del gobierno que no ha desarrollado infraestructura. Colocar una uva en Japón o China nos cuesta más a los peruanos porque no tenemos carreteras, puertos o cadenas de frío. Hay ineficiencias que han sido generadas por el gobierno y en todo el mundo se subsidia a la actividad agrícola.

El lunes el ministro Waldo Mendoza ha adelantado que los beneficios tributarios para el sector agrario no pueden ser eternos, ¿qué cambios podrían venir?

Beneficios laborales no hay, pero en términos tributarios hay un aporte a Essalud de seis puntos cuando el resto paga nueve puntos y tienen un impuesto a la renta (IR) de 15 cuando el resto de la economía paga 29,5. En laboratorio, por ahí podrían venir los cambios, pero terminarás ahogando a las compañías porque el nivel de competitividad de la agricultura peruana está basado en ese tipo de beneficios y, ¿cómo contrarrestas los subsidios que tienen otros? Será como jugar fútbol sin chimpunes.

Pero, todo parece indicar que los beneficios tributarios desaparecerán.

Creo que hay que combinar esta situación objetiva, en la que las empresas tienen mayores costos, con la necesidad del Estado de recuperar la recaudación fiscal. Diría que va a haber un nivel progresivo, sería lo más sensato, pero también tendría que haber un periodo de gracia mientras las empresas se recuperan de los sobrecostos generados por la pandemia. Hay que conversar y analizar los niveles de subsidio de otras economías para no restar competitividad porque el Perú está dentro de los cinco primeros lugares en el mundo en varios productos de agroexportación, pero con esto se restaría competitividad.

Volviendo a la reactivación, ¿qué otras medidas tomar para solucionar los problemas que se arrastraban antes de la pandemia?

Es verdad que tenemos que hacer un montón de cosas pero no olvidemos la minería. El Perú es un país minero y si no la exportamos, estamos fritos. Por eso creo que hay que sentarnos a conversar para lograr un equilibrio entre el medioambiente, los derechos de las comunidades de los alrededores y el interés de la minería. En el corto plazo, no tenemos otra opción que reactivar la minería porque tiene un efecto multiplicador. Igual con la construcción, ¿cuántas obras de infraestructura están paralizadas por temor a la corrupción? y también tiene un efecto multiplicador enorme y necesitamos actividades que den empleo. Son los dos motores de la economía.

Y en el mediano y largo plazo, ¿qué hacer?

Paralelamente tenemos que hablar del Estado, la epidemia nos puso en la cara a un Estado absurdamente débil y pésimamente preparado, lo bueno es que tuvo fortaleza fiscal. En el mediano plazo hay que reconstruir la economía fiscal, la epidemia nos dio un ejemplo claro de que con fortaleza fiscal podemos hacer cosas, pero esta se incrementa pagando impuestos. Con una economía con 60% de informalidad, se requiere de decisiones políticas. Ha faltado coraje para cobrarle a los informales.

Volvemos al tema de los tributos.

Es que se requiere incrementar los tributos, probablemente hay que reducir beneficios fiscales, pero el forado está en la economía informal y como ahí están los votos, el político debe pensar en el Perú a mediano y largo plazo aunque pierda su elección en el corto plazo: peléate con tus electores, pero cobra impuestos. No será fácil, pero hay que hacerlo porque una parte de nuestro territorio todavía no se ha integrado económicamente y para que eso pase necesitamos que todos se mojen porque la epidemia ha evidenciado la necesidad de crear sistemas de salud y educación de calidad para todos.