Rico en especies pelágicas como la anchoveta, célebre por el fenómeno de El Niño o la controversia con Chile por la delimitación marítima, un grupo de científicos escrutó el mar peruano durante 30 días para conocer la fascinante pero poco conocida inmensa franja entre los 20 y 1.000 metros de profundidad que se adentra 3 mil kilómetros al oeste desde nuestra costa, la denominada Zona de Mínima de Oxígeno (ZMO).

Muy poco se sabe al día de hoy sobre el origen, evolución y por qué se mantienen en el mar peruano y otros océanos del mundo, salvo que son aguas poco ventiladas que dejaron de estar en contacto con la atmósfera entre diez y cien años atrás y que hay un consumo de oxígeno por respiración de la vida marina, ya sean peces, bacterias o zooplancton.

En términos de recursos, es una suerte de "barrera respiratoria" imposible de atravesar por la mayoría de fauna marina, como explica a Correo Semanal Aurélien Paulmier, investigador principal del programa internacional AMOP. Esto significa que las especies como la anchoveta quedan confinadas a escasos metros de la superficie y, lógicamente, "fácilmente expuestas a los pescadores humanos, y animales como los lobos de mar, delfines y aves guaneras".

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