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Cada día que pasa para el profesor cesante Marcos Marcelino Díaz Díaz (81) es como si la vida se le fuera. A duras penas camina, pues tiene prótesis en sus caderas. El dolor es fuerte, pero lo que más le duele es que desde hace 7 años espera cobrar su pago por preparación de clases y teme morir sin antes no hacerlo.

El maestro cuenta que su esposa padece de artritis, várices y gastritis crónica, y su hijo menor tiene diabetes, además de un mal en los ojos. Ellos depende de él.

“Solo pedimos que se acuerden de los maestros cesantes. En la UGEL Norte somos 222 los que tenemos enfermedades graves y terminales, pedimos que tengan humanidad y que nos paguen”, dijo el docente, quien trabajó durante 46 años.

Marcelino Díaz es presidente del Comité de Cesantes de la UGEL Norte del régimen laboral 20530, quienes tienen sentencias judiciales desde hace 7 años. El monto de pago a todos suma en su totalidad es S/7 millones 750 mil.

Dice que este año no hay posibilidad de que les paguen sus devengados e intereses en su totalidad, porque nadie tiene sentencias judiciales con más de 10 años de antigüedad para que les abonen hasta S/30 mil, todos tienen sentencias menores a 10 años de antigüedad, por lo que solo recibirían hasta S/10 mil.

Marcelino ha tocado varias puertas para que tomen en cuenta su caso y el de los demás, pero le responden que el pliego es el responsable y nadie está dispuesto a hacer una gestión por un caso social.

El año pasado logró cobrar S/2 mil de los S/70 mil que le adeuda el Estado, esto con el pago a cuenta que ejecutó el Gobierno Regional de Arequipa (GRA), también le deben por el decreto 037 S/20 mil. “Solo pedimos que prioricen a los docentes de la tercera edad, ya no podemos esperar más”, dijo.

Díaz precisó que en el listado del expresidente Juan Manuel Guillén estaba en el puesto 180, ahora está en el número 3,000, pues cada vez que actualizan la lista de beneficiarios lo desplazan.

Ernestina Cáceres, maestra cesante, señaló que recién iniciará su proceso, pero tiene pocas esperanzas de cobrar. “Tengo 76 años, yo creo que moriré sin cobrar", dijo.

Todos esperan que el Gobierno Regional, la UGEL Norte, la Gerencia de Educación gestione por ellos, porque los congresistas prometieron leyes priorizando a la tercera edad, pero todo duerme en el sueño de los justos.