Unos jóvenes, otros mayores y también niños, todos de Acequía Alta, distrito de Cayma, aseguran que la comparsa de carnavales más antigua es la de su zona.
“Tiene más de 100 años, va de la mano con la Fundación de Arequipa”, aseguran.
Siempre cultores de sus tradiciones en este pueblo, los pobladores se identifican con la festividad. Han transcurrido cientos de años, pero las familias se han dedicado a pasar de generación en generación las historias y personajes que caracterizan a cada una de ellas.
Unos son mojigangos, otros copleros, están los músicos y demás personajes. Pero lo que los distingue de las demás comparsas es la bruja, figura que en los últimos años ha sido personificada por una dama peculiar que prefiere mantener en reserva su identidad y solo atina a decir que se llama Timotea.
Ya no es tan joven, según su edad, pero tiene el espíritu juvenil, ella se caracteriza por una vestimenta de color negro, sombrero y mascara, donde destaca una larga nariz. En la mano siempre lleva un chicote para castigar a las personas que se cruzan en su camino.
Alegre y con una serie de serpentinas en el cuello, dirige la comparsa encabezando la coreografía que realizan los mojigangos.
Copleros. La delegación está integrada por 40 personas, de ellos 3 se dedican exclusivamente a cantar las coplas. Acompañados de las notas musicales de las guitarras, charangos y mandolinas, improvisan los versos referentes a momentos de la vida cotidiana que pueden hablar de personas, lugares y, por supuesto, también son usados para halagar a las bellas damas que encuentran a su paso. Siempre se usan las palabras lonccas que eran empleadas por los pobladores de antaño.
“Es una tradición de nuestras familias, las letras son improvisadas, salen del corazón, y por lo general tienen mensajes pícaros, pero sin faltar el respeto a nadie”, comenta Alonzo Paredes, presidente de la Asociación Cultural Carnaval Loncco Acequialteño.
Caracteristicas. Ellos explican que se diferencian de otras comparsas por el baile elegante, usando pasos originales, así como el vestuario que es renovado constantemente, al igual que las máscaras. Los trajes tienen dos colores y van en franjas verticales, en la cabeza usan los tongos adornados de globos y en el cuello llevan serpentina multicolor.
Delfor Cárdenas es uno de los encargados de cantar las coplas. No tiene voz de cantante, pero su habilidad de improvisación, así como su personalidad alegre, lo convierten en un integrante estratégico en la comparsa.
Los pobladores de Acequia Alta se identifican con este grupo y cuando llegan las fiestas de carnavales son contagiados por su peculiar alegría, haciendo que los festejos se prolonguen durante una semana.
Todavía mantienen la tradición de recorrer las picanterías de la zona, llegan a cada una de ellas cantando y bailando, son recibidos con alegría, comida y la infaltable chicha de guiñapo.
Logros. Si bien es cierto la tradición de Acequia Alta data de varias generaciones atrás, recién hace 10 años se organizaron para formar una asociación e inscribirla legalmente para poder participar de concursos y efectuar gestiones como agrupación.
En el pasado mes de agosto, en el concurso de comparsas organizado por la comuna provincial fueron los ganadores, haciéndose acreedores a un premio de cuatro mil soles.
Pero sus distinciones no son novedad, pues en el 2005 esta impresión del pueblo fue reconocida como Patrimonio Cultural del distrito de Cayma. Luego, el 17 de enero del 2016, fue distinguida como Patrimonio Vivo, ello gracias a las gestiones de la poeta Luz Vilca y personajes como el músico invidente Juan Guillén Barriga, el poeta Manuel Gallegos Sanz y Guillermo Zea Barriga.
“Queremos que la población de Arequipa tome en cuenta que parte de nuestra historia es el carnaval, las comparsas con sus personajes y sus bellas coplas, por eso pedimos a las autoridades que sean los primeros promotores de actividades donde se puedan difundir y sobre todo con la participación de niños y jóvenes”, concluye Paredes.