La ciudad de Arequipa es considerada como la segunda ciudad más importante del país, pero detrás de su historia se esconden diferentes revoluciones que han marcado la historia del Perú y traido los ojos de todo el mundo. Es quizás, el motivo del porque le dicen a esta tierra “El León del Sur”.

De acuerdo al libro de Juan Gualberto Valdivia en “las Revoluciones de Arequipa”, fueron ocho revoluciones que se presentaron en el siglo XIX en la Arequipa conservadora luego que se diera la proclamación de la Independencia.

SIGLO XIX

La primera, se dio en 1834 cuando la población se levantó en armas para protestar contra la Convención Nacional y en la defensa del presidente Luis José de Orbegoso quien su gestión corría peligro ante un golpe militar. En 1841 y 1843, el pueblo de Carmen Alto fue escenario de una guerra civil entre Manuel Ignacio Vivanco quien cayó ante Ramón Castilla, Arequipa en aquella década se encontraba dividida por dos ideas.

En 1854, el pueblo de Arequipa se levantó en contra del presidente José Rufino Echenique, la gente quería que Ramón Castilla continue en el gobierno, ese año la población no permitió el ingreso de las fuerzas de Echenique a la Ciudad Blanca.

La revolución de 1856 es considerada como una de las más sangrientas de la historia de las revoluciones de Arequipa, pues los simpatizantes de Manuel Ignacio Vivanco protagonizaron diversas peleas durante casi 8 meses contra los seguidores del mariscal Ramón Castilla.

SIGLO XX

Juan Guillermo Carpio Muñoz, historiador arequipeño afirmó que las revoluciones en el siglo XX no cambiaron mucho con respecto al siglo pasado, a pesar que el uso de armas se había reducido, las ideas y las convicciones seguían intactas.

En 1948, el general Manuel Odría había derrocado el gobierno democrático de José Luis Bustamante y Rivero, esto no gusto de los pobladores arequipeños quienes comenzaron con diversas protestas y paros para presionar la salida de la gestión militarizada.

El año de 1950 es una fecha en que los estudiantes del colegio Independencia Americana jamás olvidarán ,pues sus alumnos se alzaron desde el interior de la institución, levantando las carpetas y muebles para mostrarse en contra delgobierno.

Aquellos estudiantes estuvieron por casi una semana en el colegio, su huelga se escuchó en toda la ciudad, los próximos fueron los universitarios que también decidieron tomar dicha iniciativa.

El gobierno desgastado de Odria culminó con elecciones democráticas en el Perú.

SIGLO XI

Diario Correo, fue testigo del último rugido del “León del Sur”, el 14 de junio del 2002, el gobierno de Alejandro Toledo, presidentede la república, intentaba incumplir con su compromiso de garantizar la independencia de sus empresas estatales al querer privatizar Egasa y Egesur a la empresa Belga, Tractebe por la suma de 167 millones de dólares.

A pesar que la transacción se llevó a cabo, la población no aceptó este negocio y en todas las calles comenzaron las marchas, los cacerolazos, fue el popular “Arequipazo” que trajo la vista de todo el mundo.

Las protestas se dieron en la plaza de Armas, en el Cercado, tuvo que darse toque de queda por casi un mes hasta que finalmente, Alejandro Toledo no tuvo que aceptar el reclamo de la población.

Quizás las protestas no sean como las de antes, pero sin duda, la historia revolucionaria de Arequipa ha marcado un hito en el sentir de su población.

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