Parece una catarata en plena cantera de sillar, por el sonido de la caída de agua, pero lamentablemente, un factor así que encantaría a cualquier visitante, está muy lejos de la realidad.

El ruido proviene del desfogue de las aguas residuales que desechan las empresas del Parque Industrial de Río Seco en el distrito de Cerro Colorado.

El olor es nauseabundo en toda la zona, las aguas negras discurren en medio de la cantera de Añashuayco, porque los pozos de oxidación que construyó el Gobierno Regional de Arequipa, colapsaron y las aguas desembocan en la zona de la asociación El Púlpito.

“Esta contaminación no es de ahora, es de años, pero no hay solución, por la necesidad tenemos que trabajar en estas condiciones”, dice Sixto Jacobo Lupinta, quien se dedica a procesar el sillar hace aproximadamente 40 años.

Está familiarizado con el olor, porque trabaja en la zona desde las 4 de la madrugada hasta el anochecer, perdió las esperanzas de que un día cambie esta situación. Asegura que en los últimos 10 años, vio pasar por el lugar a alcaldes, regidores, funcionarios de la Autoridad Nacional del Agua, fiscalizadores ambientales, periodistas, miembros de la Junta de Usuarios de La Joya, porque el agua discurre hasta esa zona agrícola, pero nada cambió.

“Vamos a ver, nos reuniremos, coordinaremos...”, son las palabras que escuchó siempre, pero en concreto, no hubo acción alguna para proteger el espacio declarado Patrimonio Cultural de la Nación en el año 2014.

El agua llega en tubería, luego que los pobladores de la asociación de vivienda La Estrella decidieron entubarla, porque discurría al aire libre, desde la parte final de la asociación El Gran Poder, donde están los pozos colapsados.

Jacobo Lupinta señala que a partir del medio día el olor y la cantidad de agua aumenta, porque las curtiembres empiezan a desechar el líquido. “Algunos días el gua llega con olor a petróleo, los martes y viernes viene con olor a bazofia, otros días con colores verduzcos”, explica.

TURISMO

El hedor perjudica a los visitantes que arriban a la parte alta de la quebrada, para observar el trabajo de los cortadores.

El presidente de la asociación Turística de Artesanos y Rutas del Sillar de Arequipa, Prudencio Idme, señala que hace más de 10 años, esas aguas negras discurrían por esa zona, pero hicieron gestiones para desviarlas hacia el otro extremo, donde ahora se instalaron los vecinos de La Estrella.

“Es hora de que se trabaje en verdad para solucionar el problema y no seguir contaminado”, dice, preocupado por sus compañeros canteros que trabajan en pésimas condiciones, por la necesidad de trabajar.

10 sillares realizan al día y cada uno se vende a 5 soles

18 kilómetros de longitud tiene la cantera de sillar Añashuayco

80 turistas reciben al día en la cantera y cada uno paga 5 soles