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Durante seis meses un equipo de profesionales plasmó un estudio de la calidad ambiental en el sistema de represas de Arequipa, el trabajo lo hizo Sedapar y costó 100 mil soles.

Ayer en el auditorio de dicha empresa dieron a conocer los alcances de la primera etapa del trabajo donde analizaron el agua supeficial así como los elementos ubicados en el lecho de las sietes presas.

El biólogo Samuel Ríos explicó que “es un estudio con seis partes de la columna de agua que llega hasta el sedimento del fondo”, indicó.

ESTUDIO. A su turno, la jefa del Departamento de Control de Calidad y Afluentes, Rosa María Jiménez, dio a conocer que quieren ver la calidad de la materia prima para consumo poblacional, por ello recopilan datos y así determinar el tratamiento adecuado garantizando un agua potable de calidad.

Existe una segunda fase que se hará en noviembre cuando hay poco almacenamiento, luego el compendio será derivado al Consejo de Recursos Hidricos para evaluar los resultados y determinar las acciones conjuntas que podrían adoptarse para tener un recurso hidrico adecuado.

Mencionó que la preocupación es en la represa El Pañe porque está estancada mucho tiempo y fue construida sobre bofedales. Además en el 2014 se presentó un evento de olores y sabores que perjudicó a Sedapar ya que intentaron responsabilizarlos de dicho problema.

“Estos análisis que hacemos son justamente por ese antecedente, hay que evaluar y calificar el agua, posteriormente dar los resultados al área de producción y así determinen la posibilidad de hacer un acondicionamiento especial por la presencia de algún elemento que pudiera deteriorar la calidad de agua”, explicó.

La idea es que los involucrados con el uso del líquido elemento de las represas apliquen las medidas correctivas pertinentes para estancar su deterioro, aunque lo ideal sería hacer un mantenimiento de estos almacenes hídricos pero es costoso.