Conozca las historias de las manos solidarias de Cruz Roja que alimentan en esta pandemia
Conozca las historias de las manos solidarias de Cruz Roja que alimentan en esta pandemia

Elizabeth Mollo Burgos cambia su traje blanco de enfermera por un mandil, una gorra y un tapaboca, para unirse al conjunto de manos solidarias que desde las 9 de la mañana hierve agua, pican verduras, pelan papas y mezclan otros insumos que después de tres horas se convertiran en el menú del día para los que menos tienen.

De tres a cuatro días por semana, después de su larga jornada de cuidados a sus pacientes en el Hospital Militar va a casa, y tras un respiro se dirige a la Cruz Roja donde continua su ayuda.

Se la encuentra en la cocina preparando los alimentos que reciben por donaciones de empresas privadas o que los propios voluntarios consiguen para después repartirlos en el Cercado de Arequipa y otros distritos, como Tiabaya, Mariano Melgar y Paucarpata.

Hace 25 años que Elizabeth trabaja como enfermera de las Fuerzas Armadas y hace dos se unió a la Cruz Roja, siempre tuvo vocación de ayuda y en la institución vio la oportunidad de hacerlo de un modo orientado, responsable y en equipo.

“Muchos me dicen cómo hago para seguir trabajando después de mis labores en el hospital, que debo terminar bien cansada. Para mí, ayudar no es trabajo, es mi pasión y en la Cruz Roja lo hago con mucho cariño junto a los demás” dice la mujer de 48 años.

Desde el inicio de la pandemia por el nuevo coronavirus, los voluntarios de la Cruz Roja de Arequipa no solo se han encargado de atender emergencias, sino también de ayudar a los que resultaron más afectados por las restricciones impuestas por el Estado para evitar los contagios de la COVID-19. De lunes a sábado preparan entre 100 a 120 raciones de comida para dárselas a quienes se quedaron sin trabajo, ancianos, mendigos, extranjeros, a todo aquel que tiene hambre en la calle.

María de los Ángeles Bellido forma parte de la institución desde el año 2005, ha realizado labores de rescate y asistencia a heridos y aunque ha participado en el reparto de chocolatadas para niños y adultos mayores cada Navidad, nunca antes estuvo tan involucrada en la preparación de comida, como lo viene haciendo ahora junto a los demás voluntarios que han elaborado y entregado más de 13 mil raciones desde el inicio de la pandemia.

“Aquí hemos aprendido todos, desde picar verduras hasta medir las proporciones para mezclar. Ha sido siempre un trabajo de todos los voluntarios para poder ayudar a quien lo necesita”, dice la joven voluntaria tras remarcar que no solo se mezclan ingredientes al azar, sino que también son guiados por el presidente de la Cruz Roja Peruana filial Arequipa, Luwing Talledo, quien es nutricionista.

Al igual que Elizabeth Mollo, María de los Ángeles no ha tenido problemas en casa para realizar su labor por el temor a contraer la COVID-19 ya que después de cocinar, también se encargan de entregar los taper de comida. Pese al temor, sus padres supieron comprender su actividad social y recibe todo el apoyo y colaboración de su esposo quien también es voluntario, además la institución se ha encargado de brindarles los implementos de bioseguridad para evitar el contagio del nuevo coronavirus.

Ayer, Elizabeth y Maria de los Ángeles volvieron a reunirse para preparar los alimentos y aunque la cuarentena se ha levantado en la ciudad de Arequipa, la Cruz Roja proyecta continuar con el reparto de alimentos al menos dos semanas y hasta quizás seguir con la encomiable labor. Ello dependera también de las donaciones que la gente puede hacerles llegar, quienes deseen entregar víveres para seguir alimentando a las personas de la calle, pueden comunicarse al número 054-204343 o al celular 954 876 309. “No hay nada más gratificante que ayudar a los demás”, dice Elizabeth Mollo.