Depredación de la naturaleza en Arequipa fue de 500 hectáreas
Depredación de la naturaleza en Arequipa fue de 500 hectáreas

El crecimiento urbano es la principal causa por la que cada año desaparecen más metros de la campiña arequipeña. Según el Instituto Municipal de Planeamiento de Arequipa (Impla), entre el 2012 y el 2016 se llenó con cemento alrededor de 500 hectáreas de tierra para levantar viviendas.

Así, estas tierras donde por años se sembró los alimentos de la ciudad están desapareciendo cada vez más rápido.

El alto precio por predios en zonas del área metropolitana de la provincia, donde el metro cuadrado puede fluctuar entre los 600 hasta más de 1300 dólares, es uno los incentivos para que los dueños de las tierras abandonen la producción agrícola y se involucren en el rubro inmobiliario.

Y aunque la Municipalidad Provincial de Arequipa (MPA) prohíbe la construcción de viviendas es estos espacios, la depredación, continúa.

IMPORTANCIA

La campiña surgió de la adecuación del terreno para las actividades agrícolas que se hicieron aprovechando la cuenca del río Chili. Desde el afluente se regaron las miles de hectáreas que hoy conocemos.

Aunque ahora muchas áreas agrícolas ya no se siembran para producir en grandes cantidades, aún se mantienen verdes por los canales de riego donde se abastecen y distintas plantas de “reposo” como hortalizas, que pueden crecer sin generar gastos en los dueños y proveyendo pequeños ingresos a sus labradores.

Su importancia reside en que es el área verde más grande de la ciudad, un regulador importante del clima que hace al área urbana habitable.

Según el gerente de la Autoridad Regional del Medio Ambiente, Anibal Díaz, si la campiña desaparece ante el avance de la ciudad, la temperatura se elevaría, el frío sería más crudo y la erosión del suelo arrasaría con cada lluvia.

El alcalde de Cayma, Jaime Chávez, lamentó que en su distrito la campiña se esté reduciendo. “Aquí se afecta todo. Uno va por La Tomilla o Carmen Alto y desde que ve, el paisaje ya se afectó porque hay edificios que tapan la vista. Además que se construyeron en zonas de campiña que debe ser cuidado por los arequipeños”, señaló Chávez.

QUEÑUALES Y RIBERA

Muy cerca de la campiña, crece también el monte ribereño, una formación vegetal de plantas endémicas que se sitúan en los costados del río Chili.

Además de limitar el cauce del río sus las raíces de los arbustos medianos previenen la erosión y representan otro pulmón para la ciudad, en especial porque atraviesa grandes áreas urbanas donde el tránsito vehicular es masivo.

Para el biólogo del Martín Velasco, el monte ribereño es poco cuidado y al igual que la campiña también se depreda con rapidez.

“Cada vez hay menos accesos del río. Los montes son pequeños porque la misma gente puso las pistas o construyo muy cerca. Entonces hay poco monte ribereño lo que reduce las áreas verdes”, señaló.

El opina que la Autoridad Local de Agua es la encargada de su protección, aunque todas las instituciones que configuran alguna responsabilidad la evaden y señalan a otra.

Aunque el bosque es depredado también se tomó acciones para no dañarlo junto al río Chili.

Ello ocurrió cuando las curtiembres vertían sus residuos al cuerpo de agua malogrando la tierra cercana y matando al bosque ribereño.

“Su recuperación es positiva porque fue un esfuerzo de las autoridades del sector”, señaló Martín.

Decenas de kilómetros más lejos, el bosque de queñuales se levanta en el distrito de Chiguata. A cualquiera le parecería que su ecosistema no interfiere con la dinámica de la ciudad y viceversa.

Pero gracias a esta mas vegetal es que la población de Paucarpata puede tener agua en sus casas.

Las plantas atrapaban el agua y desde el subsuelo los bolsones son captados por manantiales que se distribuyen desde La Bedoya.

Estos bosques son amenazados por la tala ilegal que buscan los troncos para alimentar el fuego de la industria panificadora y gastronómica en distintos distritos de la ciudad.

“El agua es importante, y sin plantas no secamos en Arequipa. Por eso debemos protegerlas”, dice el biólogo.

Para el ingeniero forestal del Serfor, la población debe tener en cuenta que estas áreas verdes hacen posible la vida, y su desaparición serían desastrosa para todos.

75 .16% de la población regional de Arequipa representa la capital

900 años antes de Cristo empezó el dominio de tierras en la región

Campiña arequipeña va muriendo
La ciudad de Arequipa se erige sobre tierra árida pero gracias al río Chili, aquí se abre un valle entre la arena del desierto en el norte y las rocas de sus cordilleras al sureste. Este afluente también permitió la formación de la campiña arequipeña: la tierra aprovechada para su producción agrícola y que hoy, ante el avance de la ciudad está muriéndose.

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