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Desde hace 15 días en el sector de Punillo (Valle de Vítor) comenzaron a producirse deslizamientos con mayor frecuencia alertando a los pobladores y agricultores. Fuimos testigos de como toneladas de piedras y tierra se desplazaron por una hondonada 500 metros hacia el cause del río Vítor, creando un dique natural que hizo que las aguas del afluente quedaran estancadas y los 3.5 metros cúbicos que discurre por su cauce comenzaran a rebasar o buscar un nuevo camino para discurrir dejando inservibles parte de tierras fértiles.

EMERGENCIA. Según señala el presidente de la Junta de Usuarios del Valle de Vítor, Jesús Díaz Salas, hace 20 años comenzaron los problemas, debido a que encima del valle se encuentra las irrigaciones la Joya Nueva y la Cano, las que avanzaron la frontera agrícola hasta el borde del acantilado que tiene 650 metros de altura y desde donde se ve el río que lleva el nombre del valle el cual es la confluencia de las aguas del Chili y el Yuramayo.

Como utilizan el sistema de gravedad para regar sus cultivos y el recurso hídrico es usado de forma indiscriminada, el agua excedente comenzó a filtrase al subsuelo generando un bolsón, y como ya se llenó comenzó a causar presión en las paredes del acantilado, esa fuerza hizo que una gran masa de tierra y piedras se deslizara hace 15 días arrasando 200 hectáreas que estaban en la margen izquierda del río . También se formó una laguna artificial”.

CONSECUENCIA. La critica situación en la que viven más de 70 familias y afecta a 160 hectáreas en las zonas de Cosio, La Trabada, Punillo,San Javier, Gamio, Tacar y Huachipa, es que sus cultivos no pueden ser irrigados con las aguas del río Vítor, porque su cause esta seco. Los campos de cebolla, maíz, ajo y alfalfa podrían quedar inservibles por falta de agua.

Cada siete días toca realizar el riego y ya vamos dos semanas y no contamos con agua, requerimos de ayuda con maquinaria para mover las rocas y piedras, así lograremos que las aguas retomen su cause para que nosotros podamos utilizarla”, señaló Agustino Paz, agricultor afectado por los derrumbes.

El reporte de la Junta de Usuarios indica que de todo el valle, la inversión realizada en los cultivos que están en proceso de crecimiento oscila entre los 15 y 20 mil soles por hectárea, por lo que las perdidas económicas que causaría el represamiento natural bordearía el millón de soles.

PEDIDO. Jesús Díaz Salas, insiste en que requieren la maquinaria pesada para atender la emergencia. “Entre enero y marzo , el Gobierno regional de Arequipa entregó una retroescarbadora para afianzar la defensa ribereña del río Vítor, los agricultores invertimos 100 mil soles en combustible para que el equipo pesado funcione y la municipalidad distrital pagó el salario del conductor. Ahora requerimos que la Gobernadora, Yamila Osorio ordene se destine un pull de equipos pesados, ya nosotros le habíamos advertido a los funcionarios de la gerencia de Agricultura sobre los deslizamientos les dijimos que nos ayudarán, pero la espera es eterna, y nunca recibimos una respuesta de la administración regional actual, las consecuencias de esta decidía, ya comenzaron a generar daños en el valle”, sostuvo.

INFORME. En el 2009, el ingeniero Víctor Ponce, especialista de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), realizó un estudio sobre el impacto hidrobiológico y ambiental de las irrigaciones la Joya San Isidro-La Cano en el valle de Vítor, este análisis reveló que se presentaba mayor salinidad en las aguas del afluente que pasa por el valle por el retorno de las aguas contaminadas que utiliza los agricultores de la Joya. El segundo efecto es los deslizamientos de los taludes, que se inciaron en 1975 y la ausencia de un estudio de manejo de impacto por causa del uso del sistema por gravedad y la ausencia de un drenaje.

El desplazamiento de tierra generó que a la mitad del acantilado se formen dos espejos de agua, los cuales son la consecuencia del desfogue de las filtraciones. El peso de la masa del recurso hídrico en la tierra arenosa causa que a cada momento la tierra se desplace más hacia las riberas del río Vítor y este modifique su cause y a la vez inunde las tierras fértiles de la margen derecha, situación que comenzó a agravarse.

Los agricultores de Víctor, en base al estudio del especialista Víctor Ponce, consideran que se es necesario realizar un estudio para determinar cuánta agua requiere realmente las irrigaciones de la Joya Nueva y La Cano,

Jesús Díaz Salas, señala que en esta parte de Arequipa, la licencia de agua que les deben entregar 0.76 litros por segundo de recurso hídrico para regar una hectárea, pero como no hay un control real, nadie sabe cuánta descarga reciben. Eso hace que el excedente, lejos de fortalecer los cultivos, se filtre y cause el problema que hoy afrontan.

Para los productores de Vítor, la solución es que la Gerencia Regional de Agricultura establezca una franja marginal para que los campos no lleguen al borde del acantilado como hoy se presenta en La Cano, porque ganaron terreno quienes compraron propiedades en esa irrigación, de tal forma que el agua no caiga por las paredes de la hondonada y se generen filtraciones. Asimismo, exigen un estudio que determine la cantidad real de agua que requiere para que los bolsones de masa de agua en la capa freática no sigan creciendo y formando lagunas artificiales.

DRENAJE. Los agricultores afectados consideran que en este momento el Gobierno Regional de Arequipa debe declarar en emergencia la zona, lo que permitirá destinar recursos económicos para atender la emergencia , además se deberá realizar un proceso de estabilización de los deslizamientos en el valle, sobre todo en el sector de Punillo, lugar donde se encuentra el dique natural. 

Por tanto, esperan construir un dren maestro que corra en dirección paralela al talud natural que existe desde el limite de la irrigación La Cano hacia la ribera del río, con lo cual se podría recuperar el excedente de agua que esta acumulándose en el subsuelo y para que luego estas aguas puedan discurrir hacia el Océano Pacífico por el sector de Quilca (Camaná).

Además, consideran que es necesaria la estabilización de los taludes donde se generaron los deslizamientos para evitar que continúen los desplazamientos de las masas de tierra y piedra.

Otra solución es que en las irrigaciones que originaron las filtraciones, las autoridades del sector agricultura les puedan brindar asesoría para que cultiven productos que no requieran volúmenes excesivos de agua y se inicie la reconversión del sistema de riego, como es el de goteo, que permitirá optimizar el uso de las aguas. El costo es millonario, pero si la autoridad regional no empieza a trabajar en atender este problema, el valle de Vítor estará condenado a desaparecer a causa de filtraciones y porque la salinidad de las aguas será mayor.