La venta de cigarrillos que ingresan por contrabando en el país es preocupante. Informes de empresas especializadas en estudios de mercado, como Kantar y Macroconsult, revelan el creciente negocio que se desarrolla en diferentes establecimientos comerciales, desde bodegas hasta en la calle.
A fines de 2021, Kantar Worldpanel, presentó los resultados de un diagnóstico y reveló que solo el 52% del consumo de cigarrillos en el mercado peruano es legal; mientras que el restante 48% proviene del comercio ilegal.
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Hoy, se considera que más de la mitad de los cigarrillos que se consumen en el Perú provienen del contrabando, siguiendo una tendencia a lo largo de 2021.
La situación es especialmente crítica en el sur del país (Tacna, Arequipa, Moquegua, Cusco, Puno, entre las principales ciudades), donde la penetración del comercio ilícito de este producto llega a una cifra récord de 79%.
Las cifras corresponden a estudios trimestrales realizados el 2021 por Kantar WorldPanel, que midió el tamaño del comercio ilícito de cigarrillos a nivel nacional. Los resultados indicaron que el mercado ilegal comprendió, sucesivamente, 46%, 48%, 48% y 51% del consumo total en cada trimestre. Otros informes efectuados por Datum y Macroconsult con metodologías diferentes confirman las mismas tendencias de crecimiento de los cigarrillos de contrabando.
CIGARRILLOS ILÍCITOS PROVIENEN DE PARAGUAY
La región sur presenta las cifras más altas –creció del 73 al 79% el año pasado– por ser la más cercana a la frontera con Bolivia, principal puerta de ingreso de los cigarrillos de contrabando al país. El 80% de los cigarrillos ilícitos que se encuentran en el Perú provienen de Paraguay, el gran productor a nivel sudamericano, y siguen rutas que atraviesan Bolivia y llegan a nuestro país, manejadas por organizaciones criminales internacionales. Esta cercanía les ha permitido inundar los mercados del sur en contraste con el norte peruano, donde se presentan los índices más bajos (41% de penetración de cigarrillos ilegales).
“Diferentes estudios demuestran que el contrabando de cigarrillos está desbordado, con impactos negativos para la salud pública, la seguridad ciudadana, la recaudación fiscal, la creación de empleos formales, etc. Para luchar contra este comercio ilícito no basta con fiscalizar, pues el 2021 se lograron récords históricos de incautaciones, pero aún así el contrabando siguió creciendo. Es necesario rediseñar la política tributaria”, explica Fernando Cáceres, presidente de la Comisión de Lucha contra el Comercio Ilícito de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
RECAUDACIÓN. Así, mientras en 2019 el Estado peruano recaudó S/649 millones por los impuestos aplicados a los cigarrillos formales, el 2021 solo recaudó S/328 millones por el mismo concepto. ¿Significa esto que los peruanos fuman menos? No necesariamente, lo que indica esta cifra claramente es que los fumadores migran de consumir cigarrillos legales a cigarrillos de contrabando, alentados por la facilidad con la que se encuentran en el mercado informal y sus precios 3 veces más bajos.
Y es que mientras del costo de los cigarrillos formales cerca al 70% se va en impuestos, los de contrabando no pagan ninguna carga impositiva, pero tampoco están sometidos a ningún control de calidad.
Las personas que compran cigarrillos de contrabando consumen aproximadamente el doble que las que consumen productos legales. Con los niveles que ha alcanzado el Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) aplicado al cigarrillo, esta norma tributaria se ha convertido en una norma contra propósito. En vez de desincentivar el consumo, lo fomenta.