Emprendimiento: el hombre que creó una fábrica de belleza en lugar de plásticos
Emprendimiento: el hombre que creó una fábrica de belleza en lugar de plásticos

Dicen que para tener éxito hay que arriesgar y aprender de cada una de las caídas. Esta regla que se repite forma parte del camino que tuvo que seguir Víctor Hugo Montalvo, dueño de Salón & Spa Montalvo. 

Este empresario actualmente es considerado el rey de la belleza con 59 locales en todo el Perú y dos institutos. Sin embargo, esto no fue fácil, le tomó no menos de 20 años construir este imperio de belleza, gracias al esfuerzo y a su promesa de poner en alto el apellido de su familia cuando salió de su natal Áncash a la edad de 11 años. 

Diario Correo conversó con él sobre el periplo que tuvo que pasar este exitoso empresario y sus grandes logros.

¿Cómo empezó el sueño de Montalvo? Por una causa que se llama la belleza. Yo vendía plástico frente a una peluquería, desde ahí miraba cómo funcionaba el negocio de la belleza, hace 20 años, y me llamó mucho la atención. De alguna manera iba visionando con los chicos que me ayudaban y me cortaban gratis porque ahí guardaba mis bidones. Entonces eso fue lo que me animó.

¿Qué es lo que observó en ese periodo? Las falencias que tenía el negocio. Los chicos me comentaban que no tenían aire acondicionado y por el trabajo excesivo no tenían tiempo para almorzar, entonces empecé a ver deficiencias en el negocio para proyectarme en un futuro.

¿A los cuántos años llegó a Lima? Empecé en el mercado de Magdalena y salí a los 11 años de la casa mis padres con la idea de imitar a mis tíos que son comerciantes en Barranca,  con ese fin salí del hogar.

¿Cuántas caídas durante este proceso? En el rubro de la belleza estuve trabajando durante 7 años, puse el primer salón y fracasé, puse el segundo salón y también fracasé. Fue en el tercer intento que puse Montalvo, en nombre de mi papá para que trabaje mi esposa. Yo tenía el negocio de los plásticos, ya era mayorista. El salón iba bien, corregimos varios errores. Empezamos a romper paredes para ampliar el local, empezamos con cinco peluqueras, luego 30 personas. Hasta ahí no me llamaba la atención.

¿Qué sucedió para que se interese por completo en el rubro de la belleza? Estaba a puertas de poner una planta para embolsar menaje y me fui a Santiago de Chile para comprar moldes. De pronto me encuentro con una feria de belleza. Fue allí donde determino dejar los plásticos, porque justo había entrado mucha competencia. Los fabricantes Fasa, Rey, Duraplas, los plastiqueros más grandes, nos vendían a nosotros, pero cuando hubo la crisis, ellos salieron a nuestros clientes y nuestras ventas bajaron. Con mucha ilusión decido abrir el segundo local en donde se iba a construir la planta de plásticos.

¿Pensó tener este éxito? A los meses vimos que podíamos crecer y no paramos hasta ahora. Una de las marcas nos quitó un local, pero tomamos lo bueno de esa experiencia y ahora contamos con 59 locales, 1200 colaboradores. El que te habla hace 20 años era un desempleado, trabajaba en la calle como ambulante. Fue la peor etapa del país, lleno de terrorismo, una situación muy complicada. Momentos difíciles. Aquí en Arequipa son 80 colaboradores, más 20 del instituto, en total son 100. Hay un trabajo muy fuerte y serio.

¿Cómo fue la evolución en Arequipa? El público arequipeño es fácil. Cuando llegamos la gente era muy tradicional, ahora las personas hasta están dejando de ser machistas. Somos promotores de este cambio. El 70% de nuestro equipo son mujeres que nos están llevando al éxito. Son emprendedoras, serias, leales, eso nos permite crecer. También dictamos talleres de emprendimiento, liderazgo personal en todo el Perú, en universidades, colegios. Vengo compartiendo experiencias para contagiar a la gente, que se capaciten.

¿Qué le enseñó su padre? Valores, el camino de la vida y el destino final. Él era agricultor y de niño me enseñó a trasladar ganado, aveces nos quedábamos en una cueva y el me enseñaba, no hay cansancio, no hay frío, no hay pena. Mañana vamos a llegar y vamos a estar bien, si no hay puente lo construimos, si no hay camino lo hacemos. Por eso estoy donde estoy ahora .

Víctor Hugo Montalvo, dueño de salón & spa Montalvo. Nació en Áncash y a los 11 años salió para abrirse camino en Lima. Primero con la venta de plásticos. Hoy a sus 43 años es un exitoso empresario.

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