Fundación Española de Arequipa
Fundación Española de Arequipa

La Ciudad Blanca de Arequipa desde su fundación el 15 de Agosto de 1540 ha destacado por su estratégica ubicación geopolítica. Según recopilación histórica, el acontecimiento se dio en la Plaza de Armas, en esos años solo era una planicie, pero allí se colocó un tronco llamado “rollizo” y luego se dio lectura al acta de fundación a cargo de Don García Manuel de Carbajal, Teniente de Gobernadores y Gobernador, por mandato del Conquistador Don Francisco Pizarro.

Pero, ¿Por qué demoraron los españoles para tomar esa decisión?, la respuesta la dio el arquitecto especializado en gestión de Centros Históricos y Patrimonio arquitectónico cultural, Julio Aspilcueta Barbachán, quien refiere que entre 1535 – 1536 los penisulares llegaron a Arequipa y se instalaron en San Lázaro, desde ahí iniciaron sus expediciones hacia otros lugares como Chile y Bolivia, la zona era una especie de base estratégica.

A diferencia de Europa, en América encontraron escalas más grandes con montañas y ríos, por ello usaban caminos incas para llegar rápido a nuevos territorios. Así fue como se eligió por primera vez la zona, dada su importante ubicación geopolítica.

“Luego de cinco años de estar instalados y recién los españoles deciden fundar la ciudad. Debían analizar los criterios para que sea un lugar adecuado”, dice Aspilcueta Barbachán.

Ventajas. Las condiciones de habitabilidad fueron las más óptimas, a ello se sumaba la presencia de varios valles cercanos que permitían el cultivo de una serie de productos agrícolas. Otro factor que tomaron en cuenta los conquistadores la equidistancia entre costa y sierra, la cercanía a Chile y Bolivia donde estaba Potosí, zona minera.

Información consignada en el portal web MasArequipa.com, refiere que al hallarse entre los fundadores y vecinos, alguno nobles e hidalgos andaluces, extremeños y castellanos, la villa inmediatamente fue elevada a la categoría de ciudad el 22 de septiembre de 1541. Luego se gestiona ante el rey un Estandarte para la ciudad en reconocimiento a sus servicios en el descubrimiento, conquista, pacificación y lealtad a la corona el cual fue de terciopelo carmesí, color de hidalguía y nobleza, la Virgen de la Asunta y el escudo de la ciudad, y la otra por un crucifijo y los escudos de los reinos de Castilla y León.

“Arequipa ha mantenido este privilegio con el transcurrir de los años en el siglo XIX, cuando se construyó el ferrocarril, una vez más fue esta ciudad la elegida y con ello desplazó a Cusco”, explica el arqueólogo.

El movimiento económico no se basa en un solo sector lo cual es positivo ya que la Ciudad Blanca puede buscar su desarrollo en áreas como agricultura, minería, servicios e industria; esta peculiaridad le da mayor estabilidad en el mundo globalizado y ante cualquier inestabilidad.

“La tarea de las autoridades ahora es el trabajo para garantizar continuidad en el mismo sitio geopolítico, para lo cual deben buscar la especialización y de esa manera mejorar en los diversos sectores”, recomienda Aspilcueta Barbachán.

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