La exposición prolongada a estos productos y sobre todo su ingesta al llevárselos a la boca, chuparlos o morderlos puede  generar un impacto negativo en la salud de los menores. (Foto: GEC)
La exposición prolongada a estos productos y sobre todo su ingesta al llevárselos a la boca, chuparlos o morderlos puede generar un impacto negativo en la salud de los menores. (Foto: GEC)

La Navidad es por sobre todo la fiesta de los niños y los padres se zambullen en centros comerciales, mercadillos, ferias  y otros espacios en busca del regalo prometido, pero no todos los juguetes en los que pensamos son buenos, algunos, incluso, son tóxicos ¿Cómo identificarlos? los especialistas de Salud dan algunas recomendaciones para tenerlas en cuenta al momento de hacer las compras.

La ingeniera Gina Fuentes, responsable del área de vigilancia Sanitaria y Sustancias Toxicas de la Gerencia Regional de Salud (Geresa) sostiene que antes de adquirir cualquier producto hay que pensar por sobre todo en el Salud de los menores acudiendo a lugares formales que ofrezcan la seguridad de poder comprar un producto que no sea nocivos.

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Por ello, recomendó que el principal aspecto en el que se debe fijar el padre de familia  al momento de elegir el regalo, es fijarse en el rotulado del juguete, puede estar pegado o impreso en la caja del producto y debe llevar el nombre del juguete y del fabricante, numero de RUC, la dirección, registro nacional juguetes de la Digesa, autorización sanitaria de Digesa y otros aspectos como la advertencia de la edad para el que está dirigido, así como otras medidas preventivas.

Los niños y, sobre todo, los bebés están expuestos a las  sustancias tóxicas que nos rodean, sobre todo si están  presentes  en los objetos que diariamente manipulan y se llevan a la boca. Entre los insumos que se utilizan para la fabricación de los juguetes están los metales pesados como el Arsénico, Antimonio, Cadmio, Bario, Cromo, Plomo y otros que son usados para darle la textura, dureza, elasticidad y el color a los juguetes y sus valores solo pueden ser detectados en un laboratorio, pero una forma práctica de identificar que estos metales están presentes y  exceden los limites máximos permitidos,  observando si la pintura se desprende con facilidad al tacto o raspado con la uña, brillan mucho, tienen fuerte olor o pintan el empaque que los recubre.

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