Hotel destina 80% de sus ganancias para mantener comedores, casas hogar en Arequipa

Según la administración del hotel, cada mes financian con más de 20 mil soles los albergues y casas hogar. La suma no representa la totalidad del presupuesto para su funcionamiento pero si alivia en gran parte las necesidades de los beneficiados.

EMPRENDIMIENTO

En el lugar trabajan una veintena de empleados que gozan de beneficios sociales y a los que se capacita continuamente. El emprendimiento también apunta a ser sostenible ambientalmente, y se esfuerza en reducir su producción de desechos.

“El hotel es exitoso pero a veces se queda corto de liquidez porque sus ingresos se destinan a la caridad. Así se cumple con la visión del negocio”, señala Alejandra.

El pasado 14 de setiembre, el hospedaje hizo el lanzamiento del restaurante Zarza, que ofrece comida novo andina y catering.

En aquella oportunidad, la administradora señaló que los meses previos habían sido fríos, o de poca afluencia pero con la cercanía de Perumin podrían asegurar capital de respaldo para sus actividades de filantropía y mantener la administración en números azules.

AYUDA SOCIAL

La aldea acoge a menores varones en estado de abandono y orfandad. Muchos de los casos provienen de otras provincias y regiones; de ambientes inadecuados para la crianza de menores.

El administrador del lugar Crisol Quispe, resalta el noble gesto de las religiosas y da fe de que sus aportes son necesarios, urgentes y de mucha ayuda para los niños y adolescentes que albergan.

En retribución del desprendimiento, dice Crisol, los jóvenes que salen de la aldea no incurren en conductas peligrosas para la sociedad, y tratan de ser buenos ciudadanos con su trabajo y ayudando a los demás.

“A nosotros nos visitan cuando salen y nosotros sabemos que todos ellos, los que ya se fueron tienen una conducta intachable”, cuenta orgulloso Crisol.

AYUDA A NECESITADOS

Las cuentas de los huéspedes La Cuesta de Cayma, también sirven para que decenas de personas de la tercera edad se alimenten en el comedor Beata Madre Teresa de Calcuta, de la calle Santa Catalina. Hoy son más de 120 mil raciones entregadas a los abuelitos.

Por la discreción que caracteriza a las monjas de clausura es que no se pudo conversar con ellas directamente. Otras personas dan fe de sus acciones y aunque ellas no lo difundan merece saberse.