Arequipa es una ciudad que cautiva por su gastronomía, campiña, el imponente volcán Misti y el sillar en sus hermosas construcciones.

En el cono norte están as 9 principales canteras de sillar, lugar de donde se extraen desde tiempos antiguos los bloques que han servido para construir iglesias y casonas que resaltan por su color blanco.

A poco más de una hora por la vía Arequipa – La Joya, esta una de las canteras vírgenes que es muy visitada hace poco más de un año a la cual denominan Culebrillas. “Es parte de la Ruta del Sillar que se ofrece como un paquete turístico tanto para visitantes nacionales como extranjeros. A los que vienen de Francia les gusta el lugar porque pueden caminar en la parte alta. Nosotros hacemos dos viajes diarios con 35 personas porque todo el recorrido demora cuatro horas”, nos explica Joel Huamán, representante de la agencia de viajes Oscar.

Algunos la han comparado con los pasadizos y pequeños cañones de la Ciudad de Petra en Jordania que es un importante enclave arqueológico. Talvez por ello es muy visitado por ciudadanos europeos.

A ello se suman los petroglifos que hay en las rocas y que se presume son de la cultura Wari que llegó al sur como parte de su expansión. Se puede apreciar hombres cazando, cuidando animales, también se observan aves volando y otros.

El 19 de enero del 2006 con la R.D. N.º 081 – INC es declarado como Patrimonio Cultural de la Nación por tener 13 agrupaciones de petroglifos dispuestos en 41 paneles con diseños grabados con superposiciones que datan de la época prehispánica.

PROTECCIÓN. La cantera se presume que fue una quebrada poco profunda pero con los años y con el discurrir de las aguas en la temporada de lluvias, se fue labrando hasta conseguir la altura aproximada de 20 metros, por eso las rocas de sillar rosado conservan superficies amorfas.

A pocos metros están trabajando los cortadores de sillar, quienes son los protectores de la zona, pero a pesar de su esfuerzo, algunas personas que no valoran el lugar han realizado unas pintas con letras y dibujos que afectaron la belleza natural de lugar.

“Me siento como hijo de esta ciudad porque trabajo con el sillar y le debo todo lo poco que tengo. A veces los verdaderos arequipeños no conocen estos lugares que son tan hermosos. Nosotros lo cuidamos pero falta más presencia de las autoridades para evitar que sigan dañando las rocas con los dibujos”, comenta Juan Carlos Cespedes, un cortador de la zona, mientras usa el cincel para labrar un gran trozo del blanco sillar.

En esta quebrada trabajan más de 50 artesanos en un espacio de 20 a 25 metros por persona. Ellos labran en un mes una “tarea” que lo conforman 200 sillares con medidas de 54 x 29 centímetros y lo venden a S/1,000 soles que es el sustento para sus familias.

El vice presidente del Frente de Defensa de los cortadores de sillar de Arequipa, Porfirio Foccoalata Ancalla, junto a su gremio vienen haciendo gestiones en la municipalidad de Uchumayo para que los apoyen en dar mantenimiento al lugar donde suelen llegar diariamente 20 minivan con delegaciones de turistas. El lugar necesita un lugar para descansar y tomar sombra así como servicios higiénicos. “Nos gustaría arreglar un poco el camino y poder generar puestos de trabajo para los socios de nuestra organización o para sus esposas con la venta de artesanía u otros productos”, explicó.

Además les preocupa el daño que se ha hecho a varios de los petroglifos donde se hicieron dibujos, en la parte alta también se nota una serie de construcciones precarias que fueron destruidas por maquinaria pesada productos de un desalojo lo cual es una mala imagen para los turistas.