En la década de los años setenta del siglo pasado, se habría concebido la construcción de una gran represa en la provincia y distrito de Caylloma (Comunidad
de Pusa Pusa), la que debía servir para irrigar las áridas tierras de Siguas. Desde aquella fecha, los comuneros de la zona y aledaños, fueron condenados al conformismo y la supervivencia.
“Recuerdo que en 1971, un helicóptero aterrizó cerca de Pusa Pusa. Desde aquella vez, se comenzó a comentar sobre una gran represa y un proyecto de irrigación que en el futuro se conocería como Majes Siguas II”, refirió Casimiro Arotaipe (56), productor agropecuario.
Realidad
Pusa Pusa, anexo del distrito de Caylloma, ubicado por encima de los 4 mil 150 metros sobre el nivel del mar, es un lugar condenado a ser invadido por la construcción de la represa de Angostura. Sin embargo, han pasado casi 45 años desde que se supo de esta intención. Mientras tanto, los comuneros fueron destinados al conformismo.
El lugareño Antonio Cruz (70), sostuvo que la construcción de la ansiada presa, es para los más de 45 productores de Pusa Pusa, el principal motivo de su atraso. “Desde 1998 se concretó el proyecto Angostura y es a partir de aquel año, que en la comunidad y aledaños, se frenó nuestro desarrollo. Pusa Pusa es un poblado congelado”, comentó.
Ciertamente en el anexo parece haberse detenido el tiempo. Los comuneros no quieren invertir un sol más en el lugar que acabará bajo mil 140 millones de metros cúbicos de agua. Lo real es que el proyecto los ha perjudicado. Cruz, recordó que la comuni dad por estar en la zona de inundación, está prohibida de recibir apoyo del Gobierno
y privados. “Desde finales de la década de los noventa, hemos perdido la posibilidad de recibir inversión estatal para mejorar la calidad de nuestros animales y hasta nuestra calidad de vida…”, refirió.
A pesar de ello, los ricos bofedales y el microclima de la zona les permite a los comuneros tener ganado brown swiss sin mayor inversión.
Olvido
Sin un centro de salud, con un local social y otro de madres, la existencia del club deportivo de fútbol “Unión Pusa Pusa” que pasará al olvido eterno, y con San José como su santo, al que nunca pudieron construirle un santuario en el lugar, las 110 familias de Pusa Pusa solo esperan el día del éxodo.
Elizabeth Paucar (40), rememora y recuerda que fueron afectados por este proyecto toda la vida. Con 3 hijos, 180 hectáreas de terrenos, ganado ovino, vacuno, alpacas y hasta una piscigranja, Paucar –a pesar de todo- asegura que no encontrará en lugar igual que le permita desarrollar sus actividades económicas.
Por el momento, los comuneros continúan con sus actividades sin mayor anhelo de progreso y desarrollo. Félix Yanque, dirigente de los productores, dijo que la mejor carne, queso y leche en esta provincia proviene de Pusa Pusa, gracias a sus pastos sinigual que durante todo el año crecen en las extensas pampas.
Espera
Mientras tanto, hace poco más de una semana se inició el diálogo entre el Gobierno Regional de Arequipa y los comuneros de Pusa Pusa, para acordar la valorización de las tierras que serán inundadas por el proyecto agroenergético Majes Siguas II, que comprende la construcción de la represa de Angostura. Los comuneros aseguran que no quieren sacar provecho de la venta. Solo un precio justo que asegure la tranquilidad de sus vidas en el futuro, tal y como lo venían haciendo en Pusa Pusa. “No hemos puesto precio a nuestras tierras. Que la tasación sea de acuerdo a las condiciones según ley”, explicó el comunero Manuel Ramos (47).