En estos doscientos años de su desaparición una caricatura de Mariano Melgar recorre como un fantasma equívoco en nuestra memoria colectiva. Esa leyenda nefasta dice algo así como que Melgar, descorazonado porque Silvia no le correspondió en amores, prácticamente se suicidó metiéndose a las huestes de Pumacahua. ¡Falso, de toda falsedad!
Mariano Melgar amó al Perú y soñó y luchó por su independencia mucho antes de conocer a Silvia, como también durante y después de sus escarceos amorosos con ella. No se debe seguir tapando la grandeza de un patriota y un ser humano ejemplar con el amor que su sensibilidad ensalzó y le causó más dolores que satisfacciones.
Pero no solo la nefasta caricatura de Melgar lo desfigura, sino que hasta la devoción popular que tenemos los arequipeños por él, lo convierte solo en un personaje de la historia arequipeña y lo circunscribe a una significación local. Pero no. Mariano Melgar con su vida, con sus poemas y con su sacrificio patriótico es mucho más que eso, es un ejemplo y personaje de talla universales, es un héroe nacional y un precursor de nuestra independencia nacional. Veamos porqué.
Mariano Melgar, mucho antes de enamorarse de Silvia, como estudiante y luego como bibliotecario del Seminario, estudió en sus idiomas originales a los ideólogos de la Revolución Francesa y de la Independencia de los Estados Unidos y comenzó a soñar en conseguir para su pueblo esos ideales de libertad, igualdad y fraternidad. Así mismo, el joven Melgar con otros jóvenes ilustrados, entre los que se contaba a su más grande amigo, mentor y colega de cátedra en el Seminario: José María Corbacho, integró y fue secretario de la Tertulia Literaria, una especie de sociedad secreta que se reunía en algunas casas de las afueras de la ciudad, para que sus socios comentaran las nuevas ideas de esa época vertiginosa que estudiaban con fervor en los libros y, sobre todo, para que soñaran e imaginaran en cómo libertar a su pueblo de la dominación española.
Promulgada la Constitución de Cádiz de 1812, que Arequipa juró respetar el 22 de diciembre de ese año, en febrero de 1813 se procedió en Arequipa a realizar la primera elección popular de las autoridades locales en toda nuestra historia. En la ocasión se formaron dos partidos: los Conservadores y los Patriotas. Mariano Melgar promovió y trabajó por los Patriotas, quienes triunfaron y, entre otros, lograron la elección de Nicolás de Araníbar y Pedro Domingo Masías como alcaldes de Arequipa de primera y segunda nominación. Por este triunfo la alegría patriótica, cívica y política de Melgar fue mayúscula, por lo que escribió su Oda a la Libertad (que consta de 198 versos, de los que solo leeré 18):
Es notable que Melgar, a la sazón un joven de solo 22 años, era consciente de que esa primera elección del ayuntamiento arequipeño por votación popular y no por imposición del Virrey español, era el primer paso al bien tan suspirado que no era otro que la independencia del Perú.
Pocos meses después en agosto y noviembre de 1814, cuando triunfa la rebelión de los hermanos Angulo en Cusco y una expedición de los rebeldes cusqueños llega a Arequipa dirigida por Vicente Angulo y Mateo Pumacahua a la que se enroló Melgar, la alegría y el fervor por la libertad del Perú que sentía Melgar en esos sobresaltados días los plasmó en su Marcha Patriótica, que bien podríamos considerar nuestro primer himno nacional:
Estos vibrantes versos los escribió 9 años antes del 28 de julio de 1821 y 12 años antes de la Batalla de Ayacucho en 1824. Por ser un ideólogo de la Independencia, por ser su poeta más fino, por ser un patriota consecuente que al llamar al combate en sus versos los refrendó enrolándose en las fuerzas patriotas y luchando en Umachiri hasta caer prisionero (cuando bien pudo escapar al ver que la derrota era inevitable y él era un joven atlético de 24 años); por eso Melgar es con notable y total merecimiento precursor de la libertad del Perú y héroe nacional del Perú. ¿Alguien puede dudar de su condición suprema de Patriota ejemplar? ¿Alguien puede calificar que su sacrificio patriótico totalmente lúcido, consciente y teóricamente fundamentado, fue un suicidio por decepción amorosa? Lo que sucede es que en la historia del Perú, que peca de un exacerbado centralismo, en que solo se ocupa de Lima en cuanto habitáculo del epicentro del Estado Peruano, no hay lugar o no se valora en su real trascendencia los hechos heroicos de los mal llamados provincianos o indios, como fueron los miles de patriotas cusqueños, puneños y arequipeños que ofrendaron sus vidas en la rebelión de los hermanos Angulo, sin lugar a dudas la gesta patriótica más importante de nuestra independencia.
Por fin libre y seguro
Puedo cantar. Rompióse el duro freno,
Descubriré mi seno
Y con lenguaje puro
Mostrará la verdad que en él se anida,
Mi libertad civil bien entendida.
Oíd: cese ya el llanto;
Levantad esos rostros abatidos,
Esclavos oprimidos,
Indios que con espanto
Del cielo y de la tierra sin consuelo,
Cautivos habéis sido en vuestro suelo.
Despotismo severo,
Horribles siglos, noche tenebrosa;
Huíd. La India llorosa,
El sabio despreciado, el orbe entero,
Sepan que expiró el mal y que hemos dado
El primer paso al bien tan suspirado.