A Ignacio Quispitúpac Colque, de 70 años, le preocupa que la siembra de habas y la vida de las crías de sus vacunos estén a punto de perderse por la caída de cenizas del Ubinas.

Ignacio es una de las 29,703 personas afectadas por el polvo gris del macizo. Y es que, según el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci), el número de afectados en las regiones de Moquegua, Puno, Arequipa y Tacna va en aumento.

Puno tiene a 19,024, mientras que Moquegua registra a 9,281 afectados, en tanto que en hay 1,257. Tacna tiene 141.

PELIGRO

Faltan 3 meses para cosechar, pero Ignacio Quispitupac observa con pena que algunas flores de su siembra ya están marchitas, lo que significa que la planta no terminará su proceso y su producción no será buena.

Si esta situación continúa, el daño será mayor, toda vez que el magma pulverizado se impregnará más en las hojas y flores, lo que finalmente acelerará el marchitamiento.

“Creo que perderé la mitad de la producción”, dice mientras sacude las hojas para librarlas del polvo, pero no lo consigue. La ceniza contiene sílice y dióxido de azufre, que dañan los ojos, la garganta y las vías respiratorias.

LUGAR. Sus chacras están en el anexo Querapi, a 4 kilómetros del volcán Ubinas. A las 2:30 horas del día 19, Quispitupac regaba la chacra cuando escuchó una explosión que lo asustó, pese a la oscuridad vio la expulsión de gases, rocas y cenizas desde el macizo, se notaban las chispas que se formaban cerca al cráter. Reconoce que fue un espectáculo hermoso en el cielo, como si se trataran de fuegos artificiales, pero minutos después reaccionó y despertó a su hermana para informarle lo que sucedía. La erupción les anunciaba daños y el posible alejamiento de sus propiedades.

Para sus vecinos, la realidad es similar. Andrés Castro, de 75 años, también sembró habas, pero sus frutos están aún muy pequeños, lo que anuncia que la pérdida podría ser mayor.

ganado. Castro cría también vacas y corderos, pero para que estos no se intoxiquen con la alfalfa contaminada, limpia las cenizas del pasto. Su mayor preocupación es la salud de dos crías, una de dos meses y la otra de una semana de nacida.

“Esta vaca come sin ganas, creo que lo hace por hambre, seguro siente la ceniza”, señala mientras mueve el alfalfa con un residuo de maleza para que la arenilla caiga.

Además, el ganado tiene el lomo blanco, lleno del material volcánico. De las 6 vacas lecheras el ganadero obtiene un aproximado de 42 litros que vende a Gloria.

RETRASO. Para ayer estaba programada la llegada de camiones que trasladarían ayuda para los damnificados por la erupción del volcán Ubinas, pero los vehículos que transportaban las carpas para los albergues temporales desde Lima quedaron varados en El Fiscal - Islay, por el paro de Tambo.

Esta situación retrasa la instalación de las 200 carpas para el refugio temporal en el anexo de Anascapa.