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Las 120 familias que habitan en el anexo de Catas, en el distrito de Punta de Bombon (provincia Islay), viven hace 17 años en una zona considerada de alto riesgo.

Si nos remontamos al 23 de junio del 2001, recordaremos el terremoto de 6,9 grados en la escala de Richter que azotó la costa del sur del Perú. En ese momento Catas fue uno de los poblados más afectados, se determinó que estaban viviendo sobre una superficie inestable, a menos de 30 centímetros del piso había agua y no se garantizaba seguridad para las personas.

Las autoridades de turno coincidieron que debían ser reubicadas para salvaguarda su integridad. Así, el Gobierno Regional de Arequipa (GRA), a través del acuerdo N°032-2003, determinó la transferencia de un terreno de 300 mil metros cuadrados en el cerro Bandurrias, para trasladar a los pobladores de Catas.

Responsables. El presidente de la asociación de los vecinos de Catas, Fernando Herrera, fue enfático al responsabilizar al GRA del retraso de la reubicación, ya que dicha entidad no cumplió con ello, a pesar de que la Superitendencia Nacional de Bienes Estatales (SBN) hizo la transferencia.

“Pasaron 8 años de la gestión de Juan Manuel Guillén y no se hizo nada, esta gestión tampoco se interesó en el tema”.

El dirigente argumentó que existen intereses creados, ya que asegura que tiene conocimiento de que en los terrenos cercanos a la Boca del Río, en Catas, hay un pozo de petroleo, cuya beta estaría en un 60% de formación.

“El GRA tiene conocimiento de este hallazgo, por eso el tema es complejo”.

Saneamiento. Esta larga espera ha generado que los terrenos ya no sean usados exclusivamente para los vecinos de Catas. En el cerro Bandurrias un grupo de personas, que dice ser de la asociación de los vecinos de Catas, se reúne periódicamente y ha nombrado a Alejandro Ludeña como el representante de una comisión transitoria, cuya finalidad es ver el saneamiento de los terrenos.

Ellos aducen ser 650 socios, incluidos los cateños, número que se incrementó, ya que en los 17 años se formaron nuevas familias.

El terreno está ocupado en su totalidad por cercos de esteras, carrizos, bloquetas, así como habitaciones, pero la presencia de habitantes es casi nula, por eso los asociados dan cuotas para pagar la guardianía de dos personas que son las encargadas respaldar sus precarias viviendas.

Seguridad. La subgerente de gestión de riesgos de la comuna provincial de Islay, Guadalupe Suclla, indicó que la responsabilidad de la reubicación es de todas las autoridades, pero depende de una decisión política.

“Acudimos al lugar cuando se hacen los simulacros, hay un considerable número de personas mayores que no participan del ejercicio y tampoco hay zonas seguras”.

Hoy Catas venera a su santo patrono, San Pedro, a quien se encomiendan cada año, pidiendo su bendición.