La pandemia no pudo limitar el compromiso que tiene con sus estudiantes. El director de la Institución Educativa N° 40045 Livia Bernal de Baltazar, Reynaldo Paredes Casapia, desde el año pasado hace un monitoreo constante de las más de 200 niñas del nivel primerio que tiene a su cargo.
Al igual que todos los peruanos la llegada del coronavirus y la inmovilización social lo agarró desprevenido, pero reaccionó al darse cuenta que debía ver por sus alumnos.
Lo primero que identificó el año pasado fue que algunos padres de familia no acudían a recoger los productos que entrega el programa Qali Warma. “Tengo un carrito, entonces pensé que podía visitar a esos padres de familia y llevar los insumos, así lo hice y ahí me di cuenta que eran casos especiales porque algunas madres están embarazadas y tienen otros niños que cuidar lo que les impedía salir a la calle; otros trabajaban y no tenían tiempo; pero todos necesitaban los alimentos”, contó.
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Apoyo seguirá este año
El colegio esta ubicado en Cayma y el año pasado visitaron las casas de 30 alumnos para dejar las canastas de productos del desayuno escolar.
En lo que va del 2021 Qali Warma ya hizo dos entregas y son 40 los padres de familia que no han recogido los insumos. “A penas terminen las votaciones saldremos en mi carro a llevar las bolsas a esas familias. Somos un grupo de 6 personas que hacemos este servicio y somos muy cuidadosos con los protocolos por eso hasta ahora y gracias a Dios no me he contagiado de Covid”, comentó.
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Control permanente de la enseñanza
El director al igual que cientos de docentes es consciente de las dificultades de la educación virtual, pero busca alternativas para tener una buena enseñanza por eso optaron por plataformas como meet y zoom.
En su trajín de velar por sus estudiantes gracias al monitoreo constante y reporte de los profesores, el año pasado identificaron una niña que estaba pasando por una situación de abandono familiar, ello porque no asistía a clases ni hacía tareas. Visitaron la vivienda donde constataron el problema y cumplió con dar aviso a las autoridades competentes para su intervención.
Paredes Casapía dejo una reflexión para sus colegas docentes: “Ahora nuestros estudiantes requieren más esfuerzo y dedicación en el seguimiento de sus aprendizajes y más empatía nuestra para que puedan crecer y ser personas de bien. Don Bosco decía: Educar es cosa del Corazón”; así reafirmo su compromiso de seguir atento a las necesidades de sus alumnas.