El ataque vino del hombre con el que habían decidido pasar el resto de sus vidas. Si no fuera porque decidieron ponerle fin a tiempo a los insultos y violencia de sus parejas, ahora estaríamos escribiendo la historia de tres mujeres asesinadas por sus convivientes.
En el Día Internacional de la Mujer, las cifras nos dicen que en Áncash no hay mucho para celebrar. Lamentablemente, este problema no cesa y cada vez son más casos los que se denuncian, uno más cruel e indignante que el otro.
SE SALVARON
De acuerdo a las cifras que maneja el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, en Áncash, en los dos primeros meses del año, se han reportado tres intentos de feminicidios.La identidad de las víctimas se mantiene en reserva por obvias razones, pero uno de estos tres casos fue denunciado en la jurisdicción de Chimbote.
Estas mujeres - de joven edad - por poco son asesinadas por sus parejas con el uso de un arma punzo cortante o a golpes. En los tres casos, los agresores se encuentran cumpliendo mandatos de prisión preventiva, mientras que la Fiscalía alista la acusación contra ellos para llevarlos a juicio oral y que se les dicte una condena.
En tanto, las víctimas vienen tratando de rehacer sus vidas y salir adelante con sus hijos y el apoyo de su familia.
En los tres casos de intento de feminicidio el factor que desencadenó el irracional ataque por parte del cónyuge fue los celos o el intento de la mujer de querer tener otra pareja.
CIFRAS QUE ALARMAN
Además de los tres casos de intento de feminicidio, Áncash registra la alarmante cifra de 1,600 casos de violencia contra la mujer o también llamada violencia de género, en lo que va del año. Así lo reveló el gestor regional en Áncash del Programa Nacional de Violencia Familiar, Juan Pacheco Bareto.Esta cifra solo recoge los registros que tiene el Centro de Emergencia Mujer (CEM) de cada jurisdicción de Áncash. Es decir, solo son los casos conocidos formalmente por las autoridades. Pero, aún hay voces de mujeres maltratados que han sido silenciadas por el miedo y los prejuicios.
“Probablemente sí, hayan más casos que no son denunciados, pero en realidad las cifras nos dicen que en cierta forma ya se está venciendo el miedo y las mujeres están animándose a denunciar y no aceptar ningún tipo de violencia”, declaró Pacheco a Barreto a Correo.
Los CEM que se ubican en la provincia del Santa son los que reportan la mayor cantidad de casos de violencia de género en Áncash. En estos primeros meses del año, el CEM Chimbote ya tiene un total de 800 denuncias.
La mayoría de las víctimas tiene entre 18 a 35 años y en casi todas se repite que el agresor es su pareja, pero no necesariamente es su esposo o conviviente, ya que también jovencitas denuncian que son víctimas de agresión desde la etapa de enamoramiento.
El tipo de agresiones que más se denuncia es la psicológica, seguida por la violencia física y luego la violencia sexual. Recientemente se vienen recibiendo nuevas denuncias de casos conocidos como violencia patrimonial.
“Hablamos de violencia patrimonial, cuando por ejemplo, no se cubren las necesidades básicas de ella y de sus hijos, o también cuando es la mujer quien trabaja y el hombre administra la tarjeta de pago y todo el dinero, sin que ella pueda disponer de ese dinero”, explica al respecto el funcionario del Ministerio de la Mujer.
En todos los casos que se han atendido en este año, se ha conseguido que el Poder Judicial pueda dictar las medidas de protección a favor de las víctimas, afirma Pachecho.
Al cierre del año pasado, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables atendió 113,727 casos de violencia de género en la regiones, de los cuales 4,920 fueron reportados en Áncash.
En el 2018, se denunciaron desde Áncash ante esta cartera del Ejecutivo, 2,443 casos de violencia psicológica; 2,105 de violencia física, además de 360 casos de violencia sexual y otros 11 de violencia económica o patrimonial.
Por la gran cantidad de casos de violencia de género que ya tiene Áncash, la proyección es que a fines de este año, se supere la estadística del 2018.
NO CALLAR
Reconocer actitudes de un agresor en potencia, son claves para que las mujeres puedan evitar trágicos desenlaces, sostiene Mariana Leiva Olivera, coordinadora del CEM que funciona en la Comisaría de Chimbote.En la región Áncash, por el momento solo tres CEM funcionan en comisarías. Próximamente entrará en funcionamiento uno más, en la Comisaría de Alto Perú.
La estrategia de instalar un CEM en cada dependencia policial fue implementada a raíz de las quejas por una inadecuada atención al momento de denunciar un caso de violencia de género.
El CEM de la Comisaría de Chimbote, ha registrado, entre enero y febrero, 188 denuncias de violencia contra poblaciones vulnerables, siendo el 80% de los casos agresiones contra mujeres.
“Lo fundamental es no callar y saber identificar a tiempo los signos que nos permitan advertir que estamos frente a un agresor. Por ejemplo, cuando empieza a darnos ciertos tipo de prohibiciones, no le gusta la manera en cómo nos vestimos, empieza a tratarnos con gritos o cuando está bajo los efectos del alcohol nos da un trato violento. Una mujer no tiene porque tolerar todo esto”, señala.
Actualmente las condenas por los casos de violencia de género se han vuelto mucho más severas. Por ejemplo, en un caso de violencia psicológica, el agresor puede pasar mínimamente tres años en la cárcel.
Un intento de feminicidio, bien puede costarle al agresor estar entre 20 a 25 años tras las rejas, dependiendo de los agravantes. Incluso, si es que el feminicidio llega concretarse, la pena es de cadena perpetua.
Las sentencias también establecen, en muchos casos, que el agresor cumpla con un tratamiento psicológico.