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“La mujer del César no solo debe ser honesta, sino además parecerlo”. El alcalde Valentín Fernández desde el comienzo de su gestión tiene como su seguridad personal, pagado con fondos de la municipalidad, al ciudadano colombiano Carlos Ariel Montoya Cárdenas. ¿Qué de malo tiene esto? Sucede que este señor fue extraditado por tráfico de drogas en Estados Unidos.

Correo corroboró información oficial del sistema de justicia de Colombia, del gobierno de México y del Perú, para conocer quién es Montoya Cárdenas, quien ingresó a suelo peruano en enero del presente año.

MALOS PASOS. El 21 de agosto de 2011, los medios colombianos como RCN Radio, El Informador, El País.com.co, El Espectador informaban que Montoya Cárdenas era capturado en el barrio La Flora del Valle del Cauca (Cali, Colombia) cuando realizaba un trámite judicial. Solicitaba sus antecedentes y en ese momentos detectives lo detuvieron. Sucede que el colombiano alias “Kiko” tenía una orden de captura internacional, conocida como una circular roja de la Interpol.

Estos medios informaban que los miembros de la Administración para el Control de Drogas (DEA en sus siglas en inglés) junto a la Policía de Colombia hacían cumplir la prisión provisional con objetivo de extradición, la que pesaba sobre Montoya, por tráfico de estupefacientes.

En el momento de su detención no quedó duda que era Montoya, porque le fue practicado un cotejo “decadactilar”, “confirmándose la coincidencia con la identificación del individuo reclamado por el país extranjero”.

CON CINCO KILOS. La orden de extradición quedó consentida por la resolución de Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia de Colombia del 22 de febrero de 2012, en el proceso N° 37741 que según sus términos emitió “concepto favorable” a la solicitud de extradición” del ciudadano colombiano Montoya. Esto fue en mérito al pedido de la Embajada del Gobierno de Estados Unidos, puntualmente por la Corte del Distrito Norte de Texas, que ya en julio de 2008 tenía dos acusaciones para que Montoya comparezca a juicio “por delitos federales por narcóticos”. El cargo imputado era “... Concierto para distribuir y poseer con la intención de distribuir, cinco kilogramos, o más de cocaína...”.

En otra parte de esta orden judicial, se precisa que “los hechos del caso indican que desde marzo de 2006 hasta julio de 2008”, el citado “era miembro de una organización de tráfico de narcóticos que operaba desde Colombia”.

La modalidad usada esta organización se precisa en la resolución judicial. Era “programar la adquisición de cocaína de fuentes conocidas y desconocidas en Perú, Columbia (sic) y en otros lugares”. También se señala que preparaban “la distribución y entrega de la cocaína de Perú a otros lugares incluidos Quito, Ecuador Dallas, Texas, Vancouver, Canadá y a otros lugares”.

La Fiscalía de Estados Unidos, se indica, tenía pruebas como conversaciones telefónicas, la confirmación de transferencia de giros y correspondencia electrónica.

EN MÉXICO. Pero Montoya no solo era “popular” en Estados Unidos, sino también en México. Cuatro años atrás, el 30 de noviembre de 2007, el colombiano era detenido en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Con una orden de captura del Ministerio Público (Unidad de Investigación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita y Falsificación y Alteración de Moneda), la Policía de México atrapó a Montoya junto a siete personas más, integrantes del Cartel del Valle, de Colombia.

Todos ellos fueron detenidos al momento que se disponían a abordar un avión con destino a Caracas, Venezuela, tras haber concertado una entrega de dinero “con uno de los principales lavadores de dinero” del mencionado cartel, Horley Rengifo Pareja, a quien “se logró detener en flagrancia con 60 mil dólares americanos”.

Según la información de la Procuraduría General de la República de México, las autoridades financieras de este país ayudaron a “identificar operaciones de los principales sujetos involucrados por un monto total aproximado equivalente a 50 millones de dólares”. “Que contribuyen a acreditar las relaciones financieras y patrimoniales entre dichos sujetos, como parte de la red internacional de lavado de dinero”, se lee.

En marzo de 2008, el gobierno de México informó que el Poder Judicial dictó “formal prisión” contra” Montoya y otros cinco miembros del mencionado cartel por los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita.

EN EL PERÚ. Una fuente de la Superintendencia Nacional de Migraciones nos reveló que Montoya ingresó a nuestro país el 25 de enero de este año.

Según el portal de Transparencia Económica, en lo que va del año formalmente Montoya ha recibido de la comuna sureña 6 mil nuevos soles.

SU PRIMERA REACCIÓN. “Yo no lo he traído, él ha venido solo”. Así comenzó la declaración del alcalde Valentín Fernández, a quien Correo entrevistó, tras explicarle la información sobre su agente de seguridad Montoya Cárdenas que habíamos logrado obtener.

“Es mi seguridad, sí claro, el tiene un documento de trabajo peruano, no tiene ningún tipo de impedimento que yo sepa. La Gerencia de Personal vio el tema de él y en el Perú no tiene ningún tipo de problema”, comentó.

Fernández reveló que conoció a Montoya en Bogotá, Colombia, cuando ambos estaban detenidos. En ese tiempo sobre el alcalde también pesaba una orden de extradición por un juicio. Es decir lo conoció en la cárcel.

“Sí lo conocí en Bogotá, cuando estuve detenido, claro él estuvo detenido también; me pareció una persona correcta”, enfatizó.

Cuando Correo le señaló que si conocía la orden de extradición de la DEA que tuvo Montoya dijo cosas interesantes: “yo conocí a mucha gente que tuvo problemas con la DEA, con el Poder Judicial de Estados Unidos y sabía que con muchos colombianos era muy injusto, con los latinos era muy directa en juzgar sin ningún tipo de razonamiento”.

Dijo que Montoya llegó al Perú a buscar trabajo y lo buscó a él. “Vimos sus antecedentes personales”, agregó. “Y en el Perú no tiene ningún tipo de antecedentes”, subrayó.

¿No tiene ningún problema que su personal de seguridad haya estado preso por tráfico de drogas e investigada por lavado de activos?, preguntamos. “Si en Estados Unidos él ha cumplido su pago, es una persona que tiene derecho a reivindicarse y por eso el Perú le ha dado una opción de trabajar acá”, contestó.

Momentos después trató de minimizar el asunto al señalar que sabía Montoya tuvo en Colombia “algunos problemas como mucha gente inocente”.

Correo le enfatizó que según el gobierno de México el cartel, en el cual estaba involucrado su seguridad, movía 50 millones de dólares. “No sabía, eso lo ven los órganos pertinentes, sin embargo yo le digo mientras que en el Perú no tenga ningún tipo de impedimento la ley no lo prohibe; se supone que pagó su culpa”, comentó.

“Yo conozco a su familia es muy humilde y si fuera lo que dice ahí estuviera en otro país”, alegó en su defensa.

Una hora después a la entrevista, Fernández llamó por teléfono a Correo, para pedir que “no se estigmatice” a un ciudadano colombiano.

CORRIÓ. Correo fotografió a Montoya cuando cuidaba a Fernández, cuando este salía de una reunión en la Municipalidad Provincial del Santa. Le pedimos su versión de los hechos, pero apenas le hicimos la primera pregunta corrió para subir a una camioneta negra. 

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