“Mi esposo y yo nos encontramos encerrados. Les pedimos a nuestros vecinos que colocaran sacos con arena en la puerta de nuestra casa para evitar que el agua siga entrando y nos quedamos dentro”, cuenta, desde la ventana de su vivienda, Dora Mendoza Maguiña. Esta mujer de 61 años, cuya aflicción se hace evidente al hablar, forma parte de la lista de cientos de pobladores del pueblo joven Villa María, en el distrito de Nuevo Chimbote, que se vieron afectados por la intensa lluvia del martes último y el consecuente desborde del río Lacramarca, que convirtió en lagunas varias calles de este populoso sector.
Del mismo modo, se vieron afectados los vecinos de Primero de Mayo y Tres de Octubre, pueblos que también se encuentran muy cerca del mencionado río.
DESOLACIÓN. La mañana de ayer, los moradores de Villa María realizaron denonados esfuerzos para sacar el agua que desde la medianoche había comenzado a ingresar de manera incontrolable a sus casas, esto luego de que colapsaran el río Lacramarca y los humedales ubicados en el sector, a causa de la fuerte lluvia que cayó sobre la ciudad por más de cinco horas.
Los esfuerzos de los pobladores resultaban, en la mayoría de casos, vanos debido a que gran cantidad de agua turbia permanecía empozada en las calles, la cual regresaba a las casas ni bien era retirada con baldes o tinas.
Las familias que viven a lo largo de las avenidas Brasil y Perú figuraron entre los más afectados.
En este sector vive la señora María Goicochea de Sánchez (60), cuyo primer piso de su inmueble de la manzana J, lote 21, quedó completamente inundado. El agua dañó sus muebles, sus artefactos, su ropa, todo lo que había allí. “No hemos podido sacar nada del primer piso. Todo se ha dañado”, contó, afligida, la mujer. Para acceder al segundo piso, esta familia tiene que usar una insegura escalera de madera.
Julia Marcelo (67), otra damnificada de la zona, contó que ella y sus parientes tuvieron que pasar toda la noche tratando de impedir que el agua siga ingresando a su casa, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. “No hemos podido dormir ya que todos los dormitorios se han inundado. Toda mi casa está llena de agua”, expresó.
Similar situación se vivió en el jirón Piura. En esta zona algunos pobladores hasta usaron botes para poder trasladarse debido a que el agua había invadido todas las calles.
“Los vecinos hemos tenido que reunir dinero para alquilar maquinaria para que haga una desembocadura y el agua pueda disminuir un poco, debido a que las autoridades no se hacían presentes. Nuestras casas llegaron a inundarse hasta un metro de altura; se han malogrado todas nuestra cosas”, contó la familia Vera.
La mañana de ayer el principal pedido de estos vecinos era que las autoridades lleguen con maquinarias que ayuden a drenar el agua de las calles.
En el colegio Villa María las lluvias inundaron las varias aulas. El agua también se filtró en la biblioteca, en donde se encontraba un lote de libros que iban a ser entregados a los alumnos, los cuales terminaron mojados.
Los representantes de la Ugel Santa llegaron al lugar para constatar los daños.
MÁS DAÑOS. El agua también invadió algunas calles del pueblo joven Primero de Mayo. En este lugar la situación se tornó más preocupante debido a que algunos buzones de desagüe colapsaron, lo que ocasionó un insoportable olor.
El dirigente del sector, Wenceslao Risco Zúñiga, indicó que unas 60 casas se vieron afectadas por las inundaciones, lo mismo que la institución educativa César Vallejo.
Los damnificados pidieron que se les apoye con motobombas para evacuar el agua empozada en las calles y las viviendas.
El agua también afectó varias calles del pueblo joven Tres de Octubre.
Otro punto de Nuevo Chimbote donde se registraron daños fue el asentamiento humano Los Geranios, ubicado en el sector de San Luis.
Unas 180 viviendas de este pueblo se vieron afectadas por el desborde de un canal de regadío, a causa de la fuerte lluvias.
Se registró un deslizamiento de lodo y piedras que afectó las calles de este asentamiento humano y causó perdidas de muebles, artefactos y ropa de los moradores.
Los más afectados fueron los niños y ancianos, muchos de los cuales tuvieron que dormir a la interperie.
Estos damnificados pidieron apoyo a las autoridades con maquinaria para la limpieza de su pueblo. De igual forma, solicitaron alimentos, ropa y carpas para subsistir.
Otro colapso de un canal de regadío afectó al asentamiento humano Tahuantinsuyo y poblaciones aledañas.
Sin lugar a duda, quienes se vieron más afectados por la persistente lluvia que cayó el martes último fueron los habitantes de las invasiones ubicadas en el distrito de Nuevo Chimbote, esto debido a que el agua ingresó a sus precarias viviendas y dañó sus pocas pertenencias.