Tras 130 días, cayó Rodolfo Orellana
Tras 130 días, cayó Rodolfo Orellana

Siniestro, oscuro y hace 130 días la persona más buscada del país. Así era Rodolfo Orellana Rengifo el abogado sindicado como la cabeza de una de las redes de corrupción más grandes del país. Ayer el empresario dejó la clandestinidad luego que la policía lo ubicara nada menos que en Cali Colombia.

CAYÓ LA ‘CABEZA’. La noticia fue hecha pública muy temprano la mañana de ayer. Las primeras informaciones mostraban la fotografía de un Orellana en prendas íntimas, con menos kilos y un aspecto descuidado.

La captura de Orellana se concretó alrededor de las 6:30 de la mañana en una vivienda situada en una de las zonas más exclusivas del país cafetero.

Su ubicación fue posible tras un trabajo coordinado entre la Policía Nacional de Colombia y la Policía Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés).

Es más, la misma fiscal que tenía a cargo las investigaciones tomó conocimiento hace una semana ya del escondite del empresario en Colombia por lo que viajó para realizar las coordinación.

El ministro del Interior, Daniel Urresti indicó que el exprófugo se encontraba solo al momento de su captura y no opuso resistencia al momento de la intervención.

Precisó que la Policía Nacional tuvo información, hace 45 días, del ingreso del empresario Rodolfo Orellana a Colombia por territorio ecuatoriano, y que recién hace dos días se le pudo tomar una fotografía.

Explicó que tras esta información, se coordinó primero con la agencia norteamericana antidrogas (DEA) y luego con la policía de Colombia, cuando se tenía bastante certeza de su ingreso, gracias a las acciones de inteligencia realizadas con conocimiento de la fiscal Marita Barreto. Con ese propósito, un equipo especial de policías viajó a Colombia para identificar físicamente al prófugo empresario, a quien hace dos días se le pudo tomar una foto de espaldas, lo que confirmó al hipótesis de su presencia en una residencia en la ciudad de Cali, al sur de Bogotá. Urresti, aprovechó para hacer “callar la boca” a sus detractores, quienes en los últimos días cuestionaban a su cartera por la gran cantidad de prófugos que no han podido ser capturados.

Finalmente, pidió no minimizar la labor de la policía peruana en esta intervención.

SUS CUENTAS CON ÁNCASH. Según informó la Policía Peruana, Rodolfo Orellana abandonó el país, por Ecuador para después llegar a Colombia. Sin embargo, algo que llama la atención es que antes realizó paradas en Piura y en Chimbote. Y es que sí bien Orellana era buscado por los presuntos delitos de lavado de activos y asociación ilícita para delinquir, aún está pendiente un pedido de inclusión en la investigaciones por “La Centralita”, uno de los casos de corrupción más grandes y sonados de la región y del país. Desde junio de este año, el procurador Christian Salas Beteta lleva insistiendo ante el despacho del fiscal supraprovincial, Marco Huamán que el abogado también sea investigado, ya que existen testimonios que hablan de presuntos vínculos con la supuesta red de corrupción que tejió en todos estos años, el detenido expresidente regional César Álvarez Aguilar. Según un colaborador eficaz Rodolfo Orellana habría entregado audios supuestamente interceptados al congresista Heriberto Benítez Rivas. Según ese mismo testimonio, el material estaba referido a conversaciones de opositores de César Álvarez. Los audios, según relató el colaborador, eran transcritos en la vivienda situada en la urbanización La Caleta, donde funcionaba “La Centralita”. Pero este no es el único vínculo que se le atribuye a Rodolfo Orellana con la gestión de César Álvarez al frente del Gobierno Regional de Áncash (GRA). La Cooperativa de Ahorro y Crédito para Empresas Exportadoras (Coopex) ligadas a Orellana, avaló a través de cartas fianzas los contratos millonarios de empresas que se adjudicaron la construcción de obras como la avenida José Pardo y el Coliseo Cerrado Gran Chavín, obras actualmente judicializadas e investigadas por presuntos delitos de corrupción. Coopex, según un informe de la Unidad de Inteligencia Financiera (UFI), habría sido utilizada como fachada para el lavado de dinero.

PERSEGUIDO, DICE. Por la tarde se mostraron imágenes de la intervención que realizó la policía de Colombia a la vivienda donde se escondía Rodolfo Orellana. En una de sus pocas declaraciones a un medio de televisión colombiano, Orellana solo se limitó a decir que era un “perseguido político” y que todo esto era “una venganza por haber denunciado a la mafia política”. Agregó además que su captura es parte de una cortina de humo, creada por el Gobierno. Hasta el cierre de este informe, se desconocía cuándo sería trasladado hasta nuestro país, ya que se manejaba la posibilidad de que en realidad sea expulsado de Colombia, al haber ingresado con un documento falso.