Las Bambas: así, en la intemperie permanece el cuerpo de Cereceda

A siete días de haberse producido su deceso tras el conflicto en Las Bambas y los enfrentamientos entre los pobladores y la Policía, el ataúd con los restos del comunero Quintino Cereceda Huisa continúan insepultos por decisión de los dirigentes comunales.

Pese al intenso sol que cae en la zona el féretro se encuentra bajo una improvisada sombrilla en medio de la vía que une el Cusco con la localidad de Challhuahuacho.

Debido a las condiciones en que se encuentra, el proceso de descomposición se ha acelerado irreversiblemente, sintiéndose un fuerte olor a putrefacto varios metros a la redonda.

Trascendió que la viuda solicitó a los dirigentes de las comunidades en conflicto (Pumamarka, Qehuira, Choquecca, Allahua), darle cristiana sepultura a los restos de su ser querido, sin embargo, estos se opusieron al pedido.

Para los directivos esta decisión –que por cierto es controversial- sería la única forma de presionar al Ejecutivo y empresa minera MMG Las Bambas para sentarse a dialogar y encontrar una solución a sus exigencias.

Una de éstas demandas, se refiere al pago de un resarcimiento económico por uso de vía (diariamente transitan algo más de 120 camiones encapsulados con mineral) que atraviesa los territorios comunales de las poblaciones en conflicto.

El monto a negociarse es propuesto por cada una de las juntas directivas y en función a lo que sus asesores han dado a conocer en anteriores reuniones.