Son pobres, a veces no concluyen ni los estudios secundarios, pero tienen necesidad de trabajar. Esta situación es aprovechada por los tratantes de personas, que con engaños se los llevan a Lima y otras ciudades, donde son explotados y privados de su libertad, manifestó Liset Ruiz Rivera, coordinadora del Proyecto Semilla.
Las víctimas son niños, adolescentes y jóvenes de Junín y Huancavelica. Y el mecanismo para captarlos, muchas veces son los avisos engañosos que se publican en pizarras del mercado Modelo y el Parque Infantil. Kevin de 18 años, ayer concurrió a buscar trabajo por afueras del mercado Modelo, habían múltiples avisos e incluso un varón una mujer se acercaban a los jóvenes para captarlos.
A DESCONFIAR. “Necesitamos un mozo, te vamos a pagar 30 soles diarios, pero necesitamos que vayas con nosotros ahora”, dijo un varón. El muchacho desconfió, pues ya le ha pasado que lo llevan a trabajar y al final no le pagan lo que dicen, es más nunca formalizan con contrato, solo se lo querían llevar con mucho apuro. Liset Ruiz, alertó que ante estas ofertas, los jóvenes tienen que desconfiar, ya que junto a la Policía se detectan casos de jovencitas, a quienes les ofrecen trabajar como mozas y terminan en las garras de la prostitución, encerradas y esclavizadas. La desgracia vivida por los dos jóvenes que fallecieron quemados y encerrados en el centro comercial Nicolino en Lima, no es ajeno a nuestra realidad, ya que seudos empleadores aprovechan de la demanda de trabajo.
JORNALEROS. En la Selva Central, los jóvenes también son captados para laborar en los fundos cafetaleros.