​El problema del Plan Lector: ¿cómo se escogen los libros en nuestra región?
​El problema del Plan Lector: ¿cómo se escogen los libros en nuestra región?

La Dirección Regional de Educación de Junín (DREJ) le encargó a una psicóloga, a un profesor de Matemática y a una docente de inglés escoger los 5 libros de literatura que deberán leer 91 959 alumnos de secundaria matriculados en el departamento. El resultado es una polémica que podría ser una respuesta a las desalentadoras cifras en comprensión de lectura que tiene Junín y el país: ediciones llenas de errores, libros cansinos, autores sin trayectoria y estudiantes aburridos. ¿Quién debería escoger el libro que leen en la secundaria?

La historia es esta: La DREJ lanzó una convocatoria abierta para todos los autores de la región. Se debía seleccionar los libros para el Plan Lector 2018. Al concurso postularon los buenos y malos. Jeanet Onofre, jefa del área de Comunicación, explica así el objetivo de la competencia. “No es un concurso literario, es una selección de obras para promover producción literaria en autores regionales”. Es curioso, el Ministerio de Educación (MINEDU) establece objetivos completamente contrarios a la visión de Onofre:

a) Promover la ejecución de acciones para desarrollar la capacidad de leer.

b) Impulsar el desarrollo de las capacidades comunicativas de los estudiantes

EN LA AULAS. En la última evaluación censal a nivel nacional Junín mostró que el 39% de sus estudiantes tiene un nivel de lectura inicial. Deficiente. ¿Los colegiales no entienden lo que leen o las lecturas no se dejan entender?

“Las lecturas son de 5 desconocidos. Yo pienso que deberían volver a evaluar esas obras con escritores que ya tienen experiencia. Los estudiantes no están para experimentos. Acá la DREJ no debe promocionar obras”, explica Liu Yangali, docente de Comunicación del colegio Santa Isabel. Su colega del área, Mariela Rosas, comparte opinión. Ambas maestras enseñan en el tercer grado de secundaria y han encontrado tantos errores en los libros anteriores del Plan Lector que se indignan. “Para llegar a los estudiantes los libros tienen que ser muy revisados. Las editoriales deben ser muy formales y exigentes para que sea un buen trabajo. En los libros se presenta la incoherencia, errores de tipeo”, añade Yangali.

EL JURADO. El concurso convocado por la DREJ obtuvo gran respuesta. Muchos escritores presentaron sus obras. Onofre reconoce que no podía evaluar todos los libros sola ni contratar a un especialista. “Para eso se requiere presupuesto y la DREJ no tiene presupuesto para ese tipo de selección”, señala. Entonces decidió pedirle a sus colegas de oficina para que la ayuden. Así se formó la comisión evaluadora integrada por Jaime Ortega Cárdenas, licenciado en Matemática y magíster por la universidad César Vallejo (sí la de Acuña); Arturo Cochachi Trujillo, bachiller en Educación y magister en la misma universidad y la propia Onofre, psicóloga y magíster en Administración de la Educación. “El mejor jurado es un lector común y corriente. O sea, no siempre tiene que ser un literato o crítico literario”, se justifica.

DESCARTADOS. Los ganadores del concurso fueron 5 nóveles escritores. “Hubo un empate así que se decidió que se hiciera un sorteo para escoger la obra”, añade Onofre. En esta competencia quedaron descartados autores como María Teresa Zúñiga, Sandro Bossio, Carlos Villanes Cairo, Felix Huamán Cabrera. Reconocidos por su trayectoria y calidad. “Los autores reconocidos no siempre son bien entendidos entre los estudiantes. Lo que nosotros hemos apelado es que la lectura tenga recursos motivadores y sea sencilla”.

En 2016 el país ocupó el puesto 63 de un total de 70 países a nivel mundial en compresión de lectura. Esta podría ser una razón de ese fracaso. 

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