Se convirtió en madre a los 20 años, su pequeño nació con parálisis cerebral y hoy en día, a sus nueve años, es su mayor tesoro. “Mi hijo siempre me impulsó para salir adelante, gracias a él tuve la fuerza suficiente para asumir nuevos retos y brindarle la calidad de vida que necesita. Nosotros siempre hemos estado juntos, pero ahora tengo que mantener estrictas medidas de bioseguridad en casa por su bien”, afirma la agente.
“Comencé a trabajar como guardia de seguridad en Lima pero cuando llegué a Huancayo, por la misma necesidad de superarme, aprendí a manejar, es así que comencé a manejar una camioneta del Serenazgo de Huancayo y ahora asumí el reto de manejar el camión de decomisos, por el mismo hecho de ser mujer los demás conductores y hasta los comerciantes te tratan con cierto prejuicio”, refiere Wendy.
Esta madre tiene como sueño tener su empresa propia, “quiero ser mi propia jefa para tener más tiempo con mi hijo, debido a su condición sé que siempre estará a mi lado, por eso quiero superarme para darle la calidad de vida que merece mi pequeño”, añadió Wendy.