GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

El  de San Pedro de Chilca, del distrito de Chambará-Concepción, región , no cuenta con pabellones, ni mausoleos, aquí el sepulturero hace un pozo donde el cajón cupiera, porque a los muertos no les importa cómo son sus funerales. En este camposanto construido hace doce años hay solo cuatro difuntos sepultados bajo tierra (tumbas), parece que este panteón le falta una inscripción que diga: ‘Se necesitan fallecidos’.

500 almas puede albergar con comodidad el camposanto de San Pedro de Chilcas.

Cada año dejan de existir numerosas personas, pero a este camposanto se le ‘esfuman’ todos los muertos, porque los deudos eligen a otro panteón que queda en el mismo distrito. Hoy el cementerio permanece con las puertas abiertas esperando un nuevo inquilino que le haga compañía a las tumbas de Justa Aquino Cochachi, Felipe Bruno Chucos, Alejandro Huamán Chucos y Dionisia Baquerizo Oyola.

DÍA DE LOS MUERTOS. Hoy los familiares de los cuatro finados visitarán al cementerio para depositar, flores, prender velas y recordar entre alegrías y tristezas la partida de sus seres queridos. El cementerio esta ubicado en una zona rural a 200 metros de la plaza principal de Chambará, donde el silencio, el vacío y el canto de las aves son sus fieles acompañantes.

La muerte no es final de la vida. Es el principio de todo, de una nueva vida. Así lo entienden los pobladores de Chilcas, especialmente quienes creen en Dios. Hay que morir para nacer a una nueva vida y por eso se preparan, y esperan con tranquilidad la muerte al lado de Dios. De tal manera los moradores sueñan que algún día el cementerio se poblará los difuntos del pueblo.

El primer cuerpo sepultado en el camposanto fue de Justa Aquino Cochachi, fallecida el 15 de octubre de 2011. Su hija, la profesora Mila Bruno Aquino, en una conversación hace dos años dijo: “mi madre en vida pidió que sea sepultada en Chilcas”. Doña Justa murió a los 73 años de manera natural.

“Mi madre quiso que la enterraran en este lugar porque nació en Chilcas, y así fue, cumplimos su deseo y siempre la recordamos con mucha nostalgia porque su legado y ejemplo perduran”, añadió Mila Bruno.

El último fallecido fue sepultado hace dos meses, se trata de don Felipe Bruno Chucos, quien dejo de existir a los 90 años, quien en vida fue un ejemplar ciudadano.

Serapio Bruno, es un veterano poblador invidente de 88 años nacido en San Pedro Chilcas. A los 15 años perdió la vista. Recuerda que el camposanto lo construyeron los pobladores en faena comunal. “Hace dos meses falleció mi hermano Felipe y lo enterraron en Chilcas. “Yo quiero descansar en paz en mi terruño”, dijo Serapio.

El costo de la sepultura en Chilcas es de 50 soles, mientras que en otros cementerios los costos superan los 10 mil soles.

500 almas puede albergar con comodidad el camposanto de San Pedro de Chilcas.

TAGS RELACIONADOS