La danza de las tijeras lo llevó por el mundo y ahora baila en una esquina del centro de Huancayo
La danza de las tijeras lo llevó por el mundo y ahora baila en una esquina del centro de Huancayo

Sus afiladas tijeras suenan. Y el danzante no deja saltar de un lado a otro. La gente lo observa con admiración. Su traje multicolor se roba la atención de los transeúntes. Con más de 25 años en el arte, “Potochi” se refugia en su arte, aquel con el cual visitó muchos países del extranjero, pero que ahora difunde de esquina en esquina en la época de la pandemia.

¿Cuánto tiempo ya llevas difundiendo la danza de las tijeras?

La emoción de la gente y sus aplausos me dan aliento para seguir cultivando la danza de las tijeras, que es el patrimonio inmaterial de la humanidad.

¿Cuándo empezaste a ser un danzante?

Yo practico desde los 15 años, ya tengo 25 años en el arte, llevando cultura a nivel nacional e internacional. Hemos estado en festivales, aniversarios, teatros, cine y arte.

¿Qué países conoces?

Llegué a Francia, Estados Unidos, Chile, Ecuador y Bolivia, allí bailé y hemos hecho un intercambio cultural, el Perú tiene mucho talento en danzas.

¿Eres parte de una generación?

Yo aprendí de mis abuelos, mis tíos y mis primos, aunque mi padre no pudo ser artista, yo lo logré porque aprendí de mi tayta. Agradezco la disciplina que me impartía.

¿Tu nombre artístico es Potochi, qué significa?

Es el nombre del guardián celoso de Huancavelica, es el cerro más grande donde brota el mercurio. El nombre fue bautizado por los españoles un 4 de agosto en la época del Virreinato.

¿Esta danza es una alegoría a los apus?

Nosotros hacemos el baile en honor a la naturaleza, a la Pachamama, al Sol, a los lagos y los ríos, que nos dan la vida.

¿En esta época de cuarentena no haz podido difundir tu arte?

Nos hemos guardados estos meses, este año tuve cuatro oportunidades para viajar y se suspendieron por todo lo que estamos pasando. Mis familiares están bien, estamos sobreviviendo en esta época de la pandemia. No podíamos salir ni a la esquina, pero ahora ya estamos en la calle para alegrar.

¿Esta pandemia nos deja muchas víctimas?

Yo agradezco la labor de la policía y los militares que han dado la vida por nosotros al cuidarnos. Las personas somos muy tercas, nos han dicho que no salgamos y no hemos obedecido, perjudicando a muchos inocentes que se han contagiado y han fallecido.

¿Cuánto se gana al cantar en la calle?

Me hago unos 30 a 40 soles y me recurseo para llevar un pan a la casa. Las personas que transitan me ven de lejos, me aplauden y hasta quieren una foto conmigo.

¿Es bueno disfrutar del arte, en estos días difíciles?

Las personas se distraen. Es una alegría disfrutar del arte. Esto ayuda mucho a despejar la mente de tantas preocupaciones.

Coméntanos de los detalles de tu raje, ¿cómo es?

El traje lleva zapatillas, adornado de cinta de oveja, huatanas, el pantalón adornados de hilos de oro y plata, la pechera con el Escudo Nacional. El sombrero adornado. Es uno de mis primeros trajes, tiene un valor muy especial.

Tus tijeras son infaltables, ¿es así?

Tienen su significado, una es macho que tiene un sonido distinto a la hembra. Cuando se unen hacen una bonita melodía que se confunde con la armonía del violín y el arpa.